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domingo, 15 de marzo de 2015

La cédula con la que la SIDE amenazó a NOTICIAS

La cédula con la que la SIDE amenazó a NOTICIAS

En exclusiva, la advertencia que envió el secretario de Inteligencia para frenar la salida de esta revista.
 
Luego de que la ex SIDE intentara frenar la NOTICIAS, esta revista publica el texto completo de la cédula que envió el director de asuntos jurídicos de la Secretaría de Inteligencia, José Padilla.
En el texto se amenaza con iniciar acciones legales en los “juzgados federales competentes” si la revista no da marcha atrás en publicar el listado de los 138 nuevos espías K, sin tener en cuenta que la revista ya fue impresa y está en proceso de distribución.
En el texto se remarca que la advertencia fue encargada “por indicación del señor secretario de Inteligencia”, Oscar Parrilli.
En la última edición de NOTICIAS, se publica un listado de 138 agentes K que se sumaron en la nueva gestión y en su mayoría se trata de militantes de La Cámpora o funcionarios del Gobierno nacional.

domingo, 8 de marzo de 2015

Denuncian ataques a los medios por la cobertura del caso Nisman Por Adrián Ventura

Denuncian ataques a los medios por la cobertura del caso Nisman

domingo, 11 de enero de 2015

A todo o nada Por Beatriz Sarlo.Reflexiones a propósito del debate sobre la libre expresión.

LIBERTAD DE PRENSA  

A todo o nada

Por Beatriz Sarlo.  

Reflexiones a propósito del debate sobre la libre expresión. El espejo argentino nac & pop.

 Beatriz SarloPor Beatriz Sarlo 


PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

La imagen puede verse en internet. El 15 de enero de 2013,Charlie Hebdo hizo tapa con una caricatura de François Hollande, presidente de Francia, de cuerpo entero, con la bragueta abierta y el miembro que asoma, todavía chorreando una gotita. La ocasión de esa tapa fue el affaire sentimental entre Hollande y la actriz Julie Gayet, que provocó la ruptura de su matrimonio con la periodista Valérie Trierweiler. En internet también se debatió si Charlie Hebdo había ido demasiado lejos. Era obvio que la revista no inventó el affaire ni las visitas nocturnas de Hollande a la casa de Gayet, casi sin custodia.
El debate fue interesante. La revista siguió en su línea, la del humorismo más ácido y desprejuiciado. En pocos días, los comentarios sobre esa tapa fueron desplazados por los que suscitaron otras. Lo más fuerte en esa caricatura de Hollande es, desde mi punto de vista, no su cara de adolescente envejecido a quien se sorprendió en un mal paso, sino que el fondo del dibujo fuera la bandera francesa. Ese es el estilo de Charlie Hebdo: les gusta a sus miles de seguidores y levanta polvareda entre quienes piensan que el humor debe autoimponerse límites (no participo de este segundo grupo). La misión de la prensa es educar al soberano pero como resultado de su propia existencia, no impartiendo lecciones de lo que debe decirse o callarse en cada momento. Por supuesto: Hollande no abrió la boca.
Por casa. En abril de 2008, Sábat publicó en Clarín una caricatura de la Presidenta con la boca cruzada por dos tiras. De sobrepique, Cristina Kirchner calificó el dibujo como “mensaje cuasi mafioso”. Fue en un discurso pronunciado en Plaza de Mayo: Cristina, rodeada de los atributos míticos del poder político argentino, muy suelta de cuerpo y muy enojada, le decía a un dibujante viejo y célebre que se comportaba casi como un criminal.
La acusación tenía el supuesto de que Magnetto llamaba a Sábat y le daba el tema de sus dibujos. Si Magnetto hiciera esto, no tendría tiempo de acrecentar la fenomenal máquina de poder que es el diario Clarín. O sea que la Presidenta, enojada, ni siquiera se mostró capaz de imaginar cómo funciona un diario y cuál es la relación de un capitalista poderosísimo como Magnetto con la redacción del medio que maldice el kirchnerismo. Así como nadie llegó un buen día a Charlie Hebdo y dijo: “Vamos a provocar el desprestigio de Hollande”, nadie le pasa a Sábat un borrador de sus dibujos.Un diario puede manipular cronistas, pero no la primera línea, de prestigio internacional, de sus colaboradores.
Como si su talento y su renombre no pudieran protegerlo de estos ataques, cuando dos años después Sábat dibujó a la Presidenta con un ojo en compota, el kirchnerismo volvió a enojarse. Algún intelectual recurrió a la acusación de que el mensaje no era en este caso mafioso sino de violencia de género (pocas veces leí una estupidez tan políticamente correcta). Y otro conocido escritor enunció por radio: “Todos sabemos cómo piensa Sábat. Pero que no lo dibuje”.
Como corresponde, la Argentina condenó los asesinatos de los humoristas y periodistasde Charlie Hebdo. Pero quisiera hacer un ejercicio de imaginación: ¿qué pasaría si, incurriendo en un registro tan privado como el de la caricatura del miembro viril de Hollande, algún diario nacional publicara dibujos de la Presidenta rodeada del equipo que la maquilla y la peina cada vez que aparece en público, acá y en el exterior? ¿Qué pasaría si, el día que dejó esperando a Michelle Bachelet una hora, el dibujo humorístico hubiera representado a la Presidenta mientras le ajustaban una extensión de pelo? ¿Cuál sería la condena de quien la hubiera dibujado mientras se resbalaba sobre un “líquido deslizante” porque estaba ensayando el nuevo pasito del verano para mostrárnoslo en una de sus presentaciones en las terrazas de la Casa de Gobierno? A esta altura, creo que la obsecuencia de la guardia de honor presidencial no aceptaría ni las caricaturas de Landrú. Y les parecerían extremistas los dibujos humorísticos de fin del siglo XIX. Ni que mencionar los insultos que intercambiaban los políticos de la organización nacional.
Aceptar el todo. La libertad de prensa no admite el fraccionamiento por geografía ni por régimen político, ni por religiones o ideologías de ninguna índole. No es un bien fraccionable. Pueden gustarnos o no los resultados que produce, pero se la acepta como un todo. Cuanto más sabemos, mejor leemos. No es desde el poder que pueden darse debates sobre sus límites. Tampoco la libertad de prensa se beneficia con las presiones capitalistas.
Es bueno que se ponga en claro cuáles son los intereses que mueven a los medios y los que entran en conflicto (no olvidar a Cabezas, asesinato que bien puede llamarse capitalista-mafioso).
Los asesinos de Charlie Hebdo no consideran la libertad de prensa de este modo y, cortando camino, condenan a muerte.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Periodistas van a la Justicia por su libertad de trabajo

Periodistas van a la Justicia por su libertad de trabajo

 

Ley de Medios.
Alejandro Alfie
aalfie@clarin.com
Nueve periodistas que trabajan en medios audiovisuales del Grupo Clarín presentaron una acción de amparo, para que la Justicia declare nula la "transferencia de oficio" de radios y canales de TV del grupo, como pretende el Gobierno a través de AFSCA, ya que eso significaría "un acto de censura indirecta", que desembocaría en "el silenciamiento de voces críticas".
Jorge Lanata, Marcelo Longobardi, Magdalena Ruiz Guiñazú, Nelson Castro, Julio Blanck, Jorge Fernández Díaz, Alfredo Leuco, Joaquín Morales Solá y Eduardo van der Kooy afirmaron que la resolución de AFSCA para que ese organismo subaste radios, canales de TV y/u operadores de TV por cable del Grupo Clarín, por la aplicación selectiva de la ley de medios, "es el corolario de una campaña de persecución y hostigamiento" que vienen sufriendo en los últimos años, destinada a silenciarlos, "por lo que constituye un acto de censura indirecta", según los antecedentes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Ese organismo de la OEA condenó en reiteradas oportunidades la adopción de medidas gubernamentales que son medios indirectos de restricción a la libertad de expresión, como cuando el ex presidente venezolano Hugo Chávez canceló la licencia del canal RCTV.
La demanda interpuesta por los nueve periodistas que trabajan en medios del Grupo Clarín también había sido impulsada por el periodista Pepe Eliaschev, quien dos días antes de su fallecimiento le envió un mensaje de texto a Morales Solá, diciéndole: "Aprobado para mí el escrito de los abogados". Y agregó: "Estoy internado en Los Arcos".
Pero Eliaschev no llegó a firmar todos los papeles de los abogados María Angélica Gelli y Ricardo Gil Lavedra. Por eso, no formó parte de la demanda judicial.
Morales Solá dijo que la presentación ante la Justicia "es importante, porque se trata de una situación que nos afecta como periodistas. Cuando este Gobierno presiona para la transferencia de medios de comunicación privados, esos medios terminan en manos de amigos del Gobierno. Si eso sucede nos quedaríamos sin los programas de radio y televisión", como ya les ocurrió en situaciones similares a Longobardi y Lanata, entre otros. En el escrito, los periodistas señalaron que "la estrategia del gobierno consiste en instalar un clima de opresión, y sus formas son cada vez menos disimuladas y más intimidatorias. Para ello, se lleva a cabo una maniobra de pinzas, que busca amedrentar a periodistas, debilitar a los medios independientes, atacar su credibilidad y su independencia económica y, al mismo tiempo, fortalecer un universo de medios adictos, integrados por medios públicos o privados en manos de empresarios amigos".
La acción de amparo quedó a cargo del juez en lo Contencioso Administrativo Federal, Pablo Cayssials, quien notificó a la AFSCA, para que responda ante la Justicia sobre esta cuestión.

sábado, 11 de octubre de 2014

Cristina y un mundo sin periodistas por Jorge Lanata

Cristina y un mundo sin periodistas

 

  • Jorge Lanata

Si se animara a decirlo, Cristina Kirchner expresaría su verdadera voluntad con el periodismo: que desaparezca. Los regímenes populistas son incompatibles con el ejercicio de la prensa: necesitan medios únicos que interpreten el espíritu santo que emana del poder. Los dueños de la verdad no soportan interpretaciones ajenas. Revolución y prensa son términos irreconciliables: por eso el diario Pravda en la ex Unión Soviética; el Granma en Cuba y el Juventud Rebelde. La información oficial no soporta una hendija, por más pequeña que sea: la duda destruye el credo. El problema es que censurar a la prensa, a esta altura del siglo XXI, “no está bien visto”, ni los chinos lo reconocen desde la cima de su poder.
Es el problema de Cristina, de Correa, de Maduro: cómo censurarla de todos modos y tratar de que se note lo menos posible. Esta semana, mientras el Merval bajaba cinco por ciento y el dólar volvía a subir a $ 14,80, la Presidenta dedicaba su jornada a una teleconferencia con el premier ruso y a inaugurar un sistema oficial de medición de rating. ¿La perseguirá alguna obsesión desde la infancia? ¿Querrá, en el fondo, entrar a la televisión? ¿Tendría buen rating un programa conducido por Cristina?
La reunión virtual entre Cristina y Putin fue antecedida por una serie de declaraciones desafortunadas del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sobre la prensa: “Cuando la propiedad de los medios de comunicación está concentrada en monopolios, no hay libertad de prensa y hay un mensaje unidireccional de los grupos de poder”, dijo. Y se explayó luego sobre “el poder invisible”. Hay varios problemas con la palabra monopolio: el primero es que el término no admite el plural. No puede haber “monopolios”, porque “monopolio” es, para el diccionario: “la concesión otorgada por la autoridad competente a una empresa para que esta aproveche con carácter exclusivo alguna industria o comercio”. Aun utilizado como metáfora –suponiendo cierta inclinación de Capitanich a la poesía, o al verso– el “oligopolio” sería “la concentración de la oferta de un sector industrial o comercial en un reducido número de empresas”. En la Argentina hay, según Business Bureau, 2.050 señales de televisión y más de ochenta plataformas para ver video on demand , y entre 10.000 y 15.000 emisoras de radio AM y FM –el propio AFSCA no puede dar una cifra consolidada–; el ochenta por ciento de ese total hoy está comprometido directa o indirectamente con el Gobierno, ya sea por razones ideológicas o por presión económica de distribución de la pauta oficial. El problema que desvela a Capitanich es la eficacia que logra el aparato de propaganda más grande que Argentina sostiene desde la década del cincuenta: la gran mayoría de esos medios tiene repercusión escasa o nula.
Aunque a Cristina le encantaría, no puede obligarse a los ciudadanos a mirar o escuchar por decreto; la única manera de hacerlo –y por eso el comienzo de esta nota– es logrando que el periodismo desaparezca y esos medios sean los únicos(aunque, aun en ese caso, existirían con seguridad, como ocurre en Cuba y China, medios clandestinos).
Según José Cretazz, un criterio posible para definir qué medios son controlados por el gobierno, más allá de los propiamente estatales, es considerar así aquellos donde la pauta oficial es su único o principal ingreso, como ocurre en los medios de los empresarios Moneta y Spolsky; en Página 12, el Grupo Olmos (dueños de Crónica), Canal 9, el Grupo Indalo y Ambito Financiero. Luego estarían los medios de universidades y no gubernamentales: como la Universidad de la Plata y la de Córdoba, medios de sindicatos, y los de contratistas, que pierden plata con los medios pero la recuperan a través de contrataciones favorecidas con el Estado. Habría que agregar a estas una última categoría: la de los medios que están condicionados regulatoriamente, por ejemplo Telefe (no debería ser propiedad de una empresa telefónica, y esa irregularidad condiciona su contenido), y Radio Continental. Entre los medios oficiales, paraoficiales y adictos podemos encontrar a la Televisión Pública, Telesur, Fútbol para Todos, Encuentro, Faro FM 88.9; AM 870,Nacional Clásica, Folclórica, Télam, C5N, Mega 98.3, Radio 10, Vale 97.5, Radio Pop, FM Del mar, FM 108.7, Grupo Uno de Mendoza, América TV, Canal 7 de Mendoza, Radio La Red, Primera Fila, Nueva y Supercanal, Radio del Plata, 360 TV, Ambito Financiero y el Buenos Aires Herald. Dentro de la prensa militante se encuentran Pensado para Televisión (la productora de TVR y 6 7 8), la radio de las Madres, los medios de Rudy Ulloa y Lázaro Báez, y los de Víctor Santa María en la Ciudad de Buenos Aires, el Grupo Spolsky, editor de los diarios El Argentino, Tiempo Argentino, las revistas Siete Días, Veintitrés, Diagonales, Miradas al Sur, CN23, radio América, Newsweek, Vorterix, el diario Crónica del Grupo Olmos, los diarios BAE y El Atlántico, el grupo Infomedia con Infocampo, Bacanal, El Federal, El Guardián, Rock & Pop, Dinámica, Radio Belgrano, FM Blue y FM Metro, el Canal 26 del Grupo Pierri, Canal 9 y FM Aspen, para dar sólo algunos ejemplos. Parece que el monopolio, de existir, está justo en otro lado.
Disciplinados por la pauta publicitaria, los medios adictos controlan celosamente el contenido: esta semana en Radio Mitre dimos a conocer una circular interna de Radio América que dice textualmente: “Compañeros, por pedido de las autoridades se me solicita que les transmita que antes de hacer mención a noticias vinculadas a la Secretaría de Inteligencia, Aeropuertos Argentina 2000, o entrevistar a Eduardo Valdes, Rafael Bielsa, Mario Ischii, Angelici, Gustavo Vera u otro integrante de La Alameda, Calamaro, Pamela David, Alejandro Bodart o Mario Israel s e lo transmitan a los directores de la radio”. Esas circulares, habituales en la dictadura militar, eran calificadas como censura. No veo porque habría que cambiar ahora el modo de llamarlas.
Si entendemos así el contexto, no es extraña la videoconferencia de Cristina con Putin, calificado por Reporteros sin Fronteras como “uno de los mayores enemigos de la libertad de prensa en todo el mundo”, en el informe llamado “El Kremlin en todos los canales”. La persecución de Putin hacia todo lo que salga de sus normas no es sólo ideológica: también alcanza a los grupos homosexuales, punks y etc. Aún siguen en prisión dos mujeres detenidas el año pasado por integrar el grupo Pussy Riot condenado por cantar un tema crítico contra el presidente ruso.
En la conferencia Cristina planteó su propósito de lograr “una comunicación sin intermediarios”. ¿Cómo sería? ¿Un noticiero sólo protagonizado por ministros? ¿La mesa del programa de propaganda 6 7 8 no es, también, una mesa de intermediarios?
En el mismo día, el gobierno informó, como un logro del sistema federal de medición de rating, haber descubierto que, en su conteo, el partido de Boca y River midió diez puntos más que en IBOPE. Si se tiene en cuenta que el objetivo primario del rating es su utilización para calcular el costo por contacto de la publicidad, la revelación oficial no cambia nada: Fútbol para Todos no tiene avisos.
Investigación: 
JL/María EugeniaDuffard/Amelia Cole

Entre CFK y la KGB por Alfredo Leuco

MEDIOS Y DENUNCIAS  

Entre CFK y la KGB

Cristina parece haber recurrido a Sabbatella para unir a Lázaro Báez y Vladimir Putin. Un nuevo avance contra el periodismo.

Le petit Martin Sabbatella.
Le petit Martin Sabbatella. | Foto: Dibujo: Pablo Temes
Sorpresivamente, Cristina le ordenó a Martín Sabbatella dinamitar al Grupo Clarín. De esa manera, la Presidenta violó el mandato constitucional que le prohíbe a la Afsca aceptar injerencias del Gobierno para discriminar a algún medio. La movida fue de tanta premeditación y alevosía, que Sabbatella no les avisó ni siquiera a sus compañeros kirchneristas del organismo. Se movió en la clandestinidad para engañar a los directores por la oposición y malversar la orden del día. El dictamen de “adecuación forzosa” fue leído sólo por dos personas antes de ser difundido: Cristina y Sabbatella.
Este intento de aplicación autoritaria y punitiva de la Ley de Medios fue parte de un operativo más complejo cuyo objetivo es el de siempre: censurar las voces críticas. El mensaje es que Cristina y sus camporistas aún conservan una gran capacidad de daño para domesticar a periodistas díscolos como Marcelo Longobardi, mediciones de audiencias golpistas como las de Ibope y cadenas norteamericanas de noticias destituyentes que serán combatidas de la mano de un adalid de la libertad de prensa llamado Vladimir Putin.
En el pase entre Marcelo Longobardi y Jorge Lanata en radio Mitre, el jueves, llegamos a la conclusión de que “algo” había enloquecido de ira a la Presidenta, más allá de su histórico intento de controlar a los medios y de que nadie la controle a ella. Esta vez el manotazo de ahogado tiene mayor envergadura. No parece responder al fastidio permanente que Cristina siente cuando el periodismo habla de inseguridad, inflación y recesión.
Coincidimos en que las fuertes versiones que habían corrido la semana pasada tenían más verosimilitud de lo que creíamos. Decía así: los buitres están extorsionando a Cristina porque descubrieron un par de cuentas bancarias no declaradas en Estados Unidos a nombre del matrimonio Kirchner. Y tenía una explicación: estaban siguiendo la ruta del dinero de Lázaro Báez y se encontaron con esta información altamente explosiva. Para poner las cosas en su justo término y ser absolutamente responsables, hay que decir que hasta ahora no hay una sola prueba de esto. Nadie lo puede confirmar ni mostrar algún papel que lo pruebe. Pero hay indicios, cabos sueltos. Lanata dijo que eso explicaría la insólita afirmación que hizo la Presidenta cuando planteó que la podrían querer meter presa en Nueva York. Ella aclaró que, aun así, iba a viajar cuando fuera necesario. ¿Presa Cristina en Nueva York? ¿Bajo qué acusación? Hasta en su entorno llamó la atención que denunciara un magnicidio que viene del Norte y que criticara a Barack Obama por la forma de eliminar a Osama bin Laden. ¿Cuál fue el hilo conductor de toda esa movida? ¿Qué quiere evitar que se publique en Argentina con el renovado ataque al periodismo? Está claro que cada vez que Lanata y Nicolás Wiñazki destaparon alguna olla de Lázaro, la cima del poder entró en pánico. Con aquel comunicado incomprensible de Oscar Parrilli sobre las 13 horas que Cristina pasó misteriosamente en las islas Seychelles y con la molestia de Cristina sobre los periodistas que “hacen cuadritos” en referencia a las infografías que Daniel Santoro había publicado para explicar cuentas y empresas fantasma de Lázaro Báez y sus muchachos. Uno de ellos, Federico Elaskar, el ex dueño de La Rosadita, nada menos, no pudo ocultar entre sus giros uno a una fábrica de explosivos en Irán. Lo único que falta es que Luis D’Elía tenga un local partidario en Puerto Madero.
Son varios los elementos que se deben sumar en este análisis. No hay un solo habitante de Barrio Parque que recuerde algo similar al ataque “quirúrgicamente violento y militar” que sufrió Marcelo Longobardi. Fue el mismo día del anuncio de Sabbatella. El día siguiente a la entrega de un premio al mejor comunicador y a enterarse de que, nuevamente, había superado el récord histórico de audiencia con el 50,3% del share. Esa mañana tuvo una reunión con uno de los principales líderes empresarios del país, que le comentó que “nunca hubo una corrupción tan extendida y sistemática en la obra pública: está tabulada en el 15%”. Longobardi recibió dos infrecuentes llamados de su chofer porque le habían chocado suavemente su vehículo, casi como una forma de obligar al conductor a que se bajara. El mismo reveló que varias veces Apple le informó que alguien estaba intentando geolocalizar su teléfono. Finalmente, en una calle angosta llena de cámaras de video, policías y seguridad privada, y a metros de ingresar a la casa de Jorge Fontevecchia, fue reducido “con la habilidad de un marine”, le robaron su reloj y huyeron en dos segundos.
Por suerte, todavía las coincidencias entre Cristina y Putin se mantienen en el plano teórico. Ambos aplicaron el mismo mecanismo para cooptar medios obsecuentes: entregarles miles de dólares para obra pública a sus dueños. Los patrones de Argentina y Rusia están convencidos de que la información “es un arma terrible que permite manipular la conciencia social con los monopolios de la verdad”. Putin es acusado, por varias entidades humanitarias y de defensa de la libertad de prensa, de garantizar impunidad a los que cometieron los asesinatos de 28 periodistas en los últimos 14 años. No hay antecedentes de un promedio de dos crímenes de periodistas por año. Anna Politkovskaya fue envenenada, le hicieron un simulacro de fusilamiento y finalmente acribillada en el ascensor de su edificio, en Moscú. Había denunciado la violación de los derechos humanos de las tropas rusas en Chechenia. Putin, el nuevo amigo que Cristina aplaude eufórica por teleconferencia, fue un feroz integrante de la KGB que manejó la temible policía política en Alemania Oriental y que es el frío ejecutor de un ultranacionalismo imperial, autocrático y despótico. El mismo autoriza al Parlamento a censurar y bloquear sitios web que el gobierno ruso crea que atentan contra la verdad o lo que esta versión con corbata de los zares cree que es la verdad. Se silencian aquellas voces críticas que se levantan contra el maltrato con que el régimen somete a los homosexuales. Persecusión igualitaria para todos, diría Cristina. Esa es la verdadera Rusia que según la Presidenta debemos conocer los argentinos. ¿Cuál será la verdadera Argentina que debemos conocer los argentinos? ¿La que informará el Indek de los rating televisivos donde todos miran a Víctor Hugo y nadie a Lanata? ¿Cómo se dirá trucho en ruso?

Otra grave amenaza contra la libertad de expresión (editorial diario La Nación)

Editorial I

Otra grave amenaza contra la libertad de expresión

El trato discriminatorio del Gobierno hacia Clarín confirma el uso discrecional que sigue haciendo de las leyes que menoscaban el derecho de propiedad
 

La decisión de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) de iniciar una adecuación "de oficio" de los medios audiovisuales del Grupo Clarín constituye otro atropello a la República por parte de un gobierno que no duda en seguir persiguiendo a los medios periodísticos que expresan voces disidentes de la del oficialismo.
A nadie puede sorprender esta medida, tomada por el voto de los cinco miembros kirchneristas que integran el directorio de la Afsca, cuando tanto la presidenta de la Nación como el propio Martín Sabbatella han dado reiterada cuenta del velado propósito de la ley de medios en distintas declaraciones. El fin de esta norma no era garantizar la pluralidad de voces, sino infligirle un severo castigo a un importante grupo empresarial cuya línea editorial contrariaba el pensamiento oficial y molestaba al gobierno nacional.
El nulo respeto por la libertad de prensa y por la independencia de la Justicia por parte de Cristina Kirchner ha quedado evidenciado en muchas ocasiones, en las que, como de costumbre, apareció su afán por buscar enemigos en todas partes y por pergeñar toda clase de teorías conspirativas. Así como alguna vez comparó los tractores del campo con "los tanques del pasado" que volteaban gobiernos, en vísperas del 7 de diciembre de 2012 -el célebre y fallido "7-D"-, cuestionó a quienes "cuando les fallan los fierros mediáticos intentan construir fierros judiciales para poder tumbarlos".
En el lenguaje de la Presidenta abundan esas expresiones tan grotescas como despectivas hacia la misión del periodismo. Los medios de comunicación son, para la primera mandataria, un simple espacio más por conquistar de una u otra manera, con el único fin de gozar de un poder lo más cercano posible a lo absoluto. Lo confirmó, por aquel entonces también, el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, cuando afirmó que la ley de medios era "la madre de todas las batallas".
Queda claro, entonces, cuál es la verdadera finalidad que persigue la arbitraria determinación adoptada anteayer por el directorio de la Afsca, que rechazó la propuesta de adecuación voluntaria a la cuestionable ley de medios efectuada por el Grupo Clarín y resolvió iniciar de oficio la transferencia de medios que excedan el cupo permitido por la norma.
En los hechos, y a menos que la Justicia resuelva lo contrario -como debería ocurrir-, la adecuación de oficio implica que será el Estado, a través del organismo conducido por Sabbatella, el que elija los medios de los cuales deberá desprenderse Clarín, en tanto que el Tribunal de Tasaciones de la Nación será el que determine el precio de cada uno de los activos del grupo que se venderán.
Un manifiesto trato discriminatorio y desigual se advierte en esta decisión de la Afsca, si se observa lo ocurrido con otros grupos de medios audiovisuales que también presentaron sus planes de adecuación y recibieron observaciones por parte de aquella autoridad federal. Como señaló ayer LA NACION, en otros casos, el organismo que tiene a su cargo la aplicación de la ley de medios rechazó algunas de las propuestas, pero, en vez de avanzar directamente hacia la adecuación de oficio, les dio plazos que fueron desde los 30 hasta los 180 días para realizar las correcciones.
Con la cuestionable medida adoptada contra el Grupo Clarín en las últimas horas, se confirman las expresiones del coordinador de la Afsca en el conurbano norte, quien, en noviembre de 2012, había admitido la intención oficial de controlar las líneas editoriales de medios cuyos propietarios pudieran ser sospechados de ser testaferros de otros grupos empresariales. Aunque tales dichos fueron desmentidos hasta con desesperación por Sabbatella, aquel funcionario, Nicolás Cherei, al aludir a los medios de los que se desprenderían los grupos multimediáticos, había señalado con claridad: "Si tienen diferentes dueños, vamos a controlar que haya también diferentes estilos editoriales, diferentes técnicos, diferentes periodistas y diferentes camarógrafos".
Tal como señalamos desde esta columna editorial en aquella oportunidad, consideraciones tan lamentables y discriminatorias llevan a pensar, con fundados argumentos, que en opinión de miembros del gobierno nacional los grupos periodísticos que disienten del pensamiento de la fracción gobernante no sólo tendrían que desprenderse de licencias que puedan exceder el cupo fijado por la ley, sino que éstas, además, tendrían que ser transferidas a grupos con una línea editorial muy distinta y, preferentemente, afín al kirchnerismo.
Todo cierra, como se ve, para considerar que la ley de medios, que alguna vez fue planteada desde el oficialismo como una oportunidad para "democratizar la palabra", es apenas otra herramienta más para silenciar voces críticas o disciplinar a los disidentes del actual gobierno, puesta al servicio de un proyecto hegemónico..

viernes, 8 de noviembre de 2013

Abal Medina salió a negar el "apriete" de la AFIP a Magdalena

Abal Medina salió a negar el "apriete" de la AFIP a Magdalena

El jefe de Gabinete aseguró que "es increíble que una comunicadora quiera pagar menos impuestos sin presentar un papel"
Abal Medina, contra Magdalena. Foto: Archivo

El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, se manifestó sorprendido hoy por la reacción de la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú ante la "visita" que le hicieron inspectores de la AFIP luego de quedenunció ataques a periodistas por parte del Gobierno en la OEA .
"Es increíble que una comunicadora, con la responsabilidad que este rol implica frente a la sociedad, crea que debe estar al margen de la ley y que el Estado tiene que aceptar sus pretensiones de pagar menos impuestos sin siquiera presentar un papel que lo justifique", afirmó Abal Medina en un comunicado.
"Es inexplicable la pretensión de estar exento de ese tipo de trámites, que por otro lado la AFIP realiza con miles de contribuyentes que hayan solicitado lo mismo", sostuvo el Jefe de ministros.
"Parece ser que en la Argentina hay algunos que creen que su posición política con respecto al Gobierno los exceptúa de tener que cumplir sus obligaciones fiscales como tenemos que hacer el resto de los ciudadanos", añadió Abal Medina.
Finalmente, al ser consultado acerca del robo del que fuera víctima el periodista Alfredo Leuco , Abal Medina concluyó: "Nadie puede poner en duda el clima de absoluta libertad de opinión que se vive en nuestro país, que no solo incluye la sanción de una ley de avanzada para el funcionamiento de los medios audiovisuales, sino también la eliminación de ciertas estructuras jurídicas, como eran las acusaciones de calumnias e injurias, que sí oficiaban como un verdadero límite para la libertad de expresión".
"Querer relacionar un hecho delictivo con un ataque a la libertad de prensa es, en el mejor de los casos, un delirio. Y en el peor, un intento de figuración oportunista que no merece ningún otro comentario", finalizó Abal Medina.

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