Mujica, ante la posibilidad de que se repliquen los saqueos: "Acá no habrá un vacío de poder"
El presidente uruguayo, José Mujica, dijo estar "preocupado" por un posible efecto contagio de los saqueos que se registraron en Argentina en los últimos días.
"Cuando uno ve las barbas de su vecino arder, debe poner las propias en remojo. Es un tema de responsabilidad", manifestó el mandatario charrúa.
En su análisis de la situación, Mujica incluyó otra dura crítica al gobierno de Cristina Kirchner, con el que mantiene una relación que fluctúa entre el amor y el odio desde que ambas administraciones llegaron al poder.
El presidente del Uruguay se diferenció de su par argentina de una manera contundente, al señalar que la situación será diferente si se produjeran saqueos en su país, porque allí "no habrá vacío de poder", ya que tienen "aceitado" el mecanismo de que el Ejército patrulle.
"Siempre han existido mecanismos previsores y velocidad de respuesta. Ya están aceitados y previstos", garantizó el mandatario uruguayo, quien con su análisis apuntó claramente contra la falta de asistencia que denunciaron varios gobernadores argentinos cuando comenzaron a producirse saqueos y enfrentamientos que provocaron numerosas muertes.
"A veces los fenómenos que ocurren allá, acá se tienden a imitar. Es algo que ocurre en la civilización del Twitter y de mucho teléfono portátil que permite organizar esas cosas. Siempre se está en guardia con lo que se tiende a imitar", dijo Mujica al semanarioBúsqueda.
Más tarde, Mujica dialogó con el canal TV Ciudad y admitió que "las relaciones con Argentina están bien empantanadas, y están empantanadas políticamente, porque yo me paré en la cuchilla". Al respecto señaló que de esto se sale "hablando y negociando".
Todas estas expresiones alimentan el largo historial de enfrentamientos dialécticos que protagonizaron los gobiernos de Argentina y Uruguay en los últimos años: el conflicto por UPM-Botnia fue uno de los principales focos de conflicto que distanció a ambas administraciones.
El pico de tensión se dio con los informes ambientales y con la recordada frase "esta vieja es peor que el tuerto" que Mujica pronunció en la previa de una conferencia de prensa, cuando no se dio cuenta de que el micrófono estaba abierto.