ADELANTO de REVISTA NOTICIAS
Una amiga de CFK es cajera de los espías
SONIA FORNASERO (39)
La cajera de los espías
Historia secreta de la amiga de Cristina que maneja los fondos de la SIDE: $ 600 millones fuera de control.
POR RODIS RECALT
Es una de las personas de mayor confianza de la Presidenta. No trabaja a su lado, en la Casa Rosada, pero su despacho está al cruzar la avenida Rivadavia, en la Secretaría de Inteligencia. Se llama Sonia Fornasero (39) y hasta hoy no tenía rostro. Su rol en la SIDE es tanto o más importante que el de los espías Antonio Stiuso y Fernando Pocino, porque es ella quien maneja los fondos reservados del organismo, una caja de más de 600 millones de pesos que siempre fue usada por todos los gobiernos sin control alguno.
En medio de las sospechas por la muerte del espía Pedro “Lauchón” Viale a manos del Grupo Halcón y la designación de César Milani al frente del Ejército, el nombre de Sonia Fornasero aparece mezclado entre los protagonistas de una interna que moviliza los cimientos de la ex SIDE.
Identikit. Fornasero nació en Rivadavia, un pequeño pueblo bonaerense a 450 kilómetros de la Capital Federal donde creció junto a sus padres y su hermano mayor. Su padre es tornero y su madre, encargada de la biblioteca municipal Tomás Jofré y una de las mujeres más conocidas del pueblo, y hoy jubilada. Sonia hizo el recorrido que hace la mayoría de los adolescentes del interior del país al terminar el secundario. Una vez egresada, viajó a Buenos Aires para continuar sus estudios, sin saber que sería el comienzo de una exitosa carrera como contadora que la llevaría a tener contactos en los círculos más poderosos de la Argentina.
Su vínculo con el kirchnerismo data desde los años en que Cristina Fernández era diputada nacional e integraba la Comisión Antilavado. Allí, Fornasero la asesoraba y era la encargada de revisar los números contables que llevaba Elisa Carrió, quien presidía la comisión en el 2000. Cristina quedó tan conforme con el trabajo de Sonia que cuando el kirchnerismo ganó las elecciones le sugirió a Néstor que ella sería la indicada para ser la directora general de Administración y Finanzas de la Secretaría de Inteligencia. Por ese entonces, Sonia tenía solo 29 años y su juventud, simpatía y belleza no pasaron desapercibidas en los pasillos de 25 de Mayo 11.
La juventud e inexperiencia de Fornasero para administrar los millonarios fondos de la ex SIDE no fueron problema para aquella muchacha del interior que desembarcaba en el oscuro mundo del espionaje. Además del respaldo presidencial, Sonia gozaba de la íntima confianza de José Francisco “Paco” Larcher, el “Señor Ocho”, como se llama al subsecretario de Inteligencia en la jerga de los espías. Los agentes que la conocen desde su desembarco en el 2003 afirman que Fornasero conocía a Larcher desde la época en que trabajaba en el Banco de Santa Cruz.
Fondos. Los veteranos agentes siempre cuentan entre risas que a la caja de la SIDE le llaman “la boba”, porque todos se aprovechan de ella. El humor misógino es uno de los tantos vicios que todavía conserva la Secretaría y con los que tiene que lidiar Fornasero.
Según el presupuesto del 2013 que publica el Ministerio de Economía en su página web, la partida asignada para la Secretaría de Inteligencia es de 612.674.581 pesos, de los cuales casi 300 millones son para gastos reservados, una caja importante si se compara con los apenas 3,4 millones de pesos que tenía en el 2003 para gastar a través de “actas secretas”. Los veteranos conocedores de los números de la SIDE explican que ese año el dinero para gastos reservados era tan poco porque, cuando el kirchnerismo llegó al poder, en mayo, la ley de presupuesto ya estaba sancionada y la SIDE había sufrido un fuerte recorte tras desatarse el escándalo de las coimas en el Senado, donde se habrían pagado sobornos con fondos reservados. En noviembre de ese año, cuando el congreso aprobó el primer presupuesto diseñado por Néstor Kirchner, los gastos reservados pasaron de los paupérrimos 3,4 millones a unos nada despreciables 95 millones.