Argentina, basta de mentiras: cocaína para el mundo
Por : Roberto Maturana
Los acuerdos internacionales firmados por el Estado Argentino obligan al gobierno a mostrar ante el mundo su responsabilidad frente a la realidad liberada de los puertos del país. En julio del 2012, la OEA reunió un grupo de expertos internacionales sobre narcotráfico marítimo en el Hotel Regente Palace de Buenos Aires. En esta reunión de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAED), participaron 25 expertos provenientes de 13 Estados Miembros (Argentina, Bahamas, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Saint Kitts y Nevis, y Trinidad y Tobago. Como ícono de la narcodemocracia, participó representado a la Presidenta Kirchner, Rafael Bielsa, titular por entonces de la CEDRONAR, quien fuera eyectado de su cargo al asumir Jorge Bergoglio como papa.
Es que ya no pueden nuestros representantes vociferar que los embarques de origen argentino capturados en el extranjero con toneladas de cocaína son casuales. Queda al descubierto la falta de controles ex profeso. Nótese que en los últimos cargamentos incautados no se encontraron los stickers que identifican la fabricación foránea. La droga es fabricada en Argentina.
Por los compromisos asumidos Argentina ante el mundo muestra que desarrolla inteligentes medidas para fiscalizar los containers. Sin embargo estas medidas sirven solo para participar de reuniones y dar conferencias, pero no se utilizan para combatir el narcotráfico. Sigue sin utilizarse el sello electrónico inteligente, el cual permite monitorear la ubicación exacta y en tiempo real del contenedor, además, de dar alertas cuando sufre alguna eventualidad de su estructura durante el trayecto recorrido.
El Estado argentino no puede acreditar que utiliza cámaras de reconocimiento información óptica, (OCR, optical character recognition) en puntos estratégicos de fronteras y principales rutas de distribución. Es que si las utilizara, se captarían las placas de automotores y la identificación de los números y letras de containers y se podría evaluar rutas y desvíos. Tampoco demuestra nuestro país que utiliza sistemas no intrusivos, como la utilización de rayos X, neutrones y rayos gamma, para las verificaciones de la carga en los contenedores.
No impulsó el gobierno la instrumentación de una normativa que faculte a la Autoridad Marítima, dentro de la jurisdicción portuaria, a ingresar al ámbito de control de la Autoridad Aduanera, cuando la legislación vigente no contemple dicho aval. De esta forma se le otorgaría a la Autoridad Marítima las prerrogativas inherentes a la inspección de la carga nacional y en tránsito, ante la ausencia de agentes o funcionarios aduaneros o bien, bajo su supervisión en el caso de contar con su presencia, con la finalidad de no superponer las funciones y competencias de cada uno.
Ni se permite en nuestro país a la Autoridad Marítima, la visita, verificación y control de la carga que se encuentra a bordo de todo buque que navegue las aguas jurisdiccionales de cada estado miembro y cuyo destino sea un puerto de esos estados.
La facilitación al narcotráfico en nuestros puertos, entre otras, radica en la no aplicación de controles aleatorios y selectivos para la verificación de los sellos y/o precintos, ya que estos sellos pueden ser clonados o alterados en su estructura o nomenclatura, igualmente pueden ser violentados o abiertos y posteriormente sellados y adheridos con pegantes. No se adecuó la tecnología a las necesidades de validación de precintos para los contenedores en tránsito, exportación e importación. En Buenos Aires, sólo el 17 por ciento de los contenedores pasa por el canal rojo.
No existen cámaras de seguridad en los depósitos fiscales donde son llevados los contenedores que llegan a nuestros puertos. En Avellaneda, por ejemplo, se llevan a predios que figuran a nombres de sociedades anónimas, lo que significa, una privatización del control estatal, sin que queden registros de lo que allí ocurre.
Los protocolos vigentes establecen que buzos tácticos de la Prefectura Naval deben arrojarse a las profundidades de ríos o el océano cuando arriba un buque a puerto. De esta forma, se “palpan” los laterales, popa y proa de las naves, para ver si no tienen adosados cargamentos de drogas con grandes imanes en las estructuras metálicas. Desde la llegada de los Kirchner al poder este hábito cayó en “desuso” y hoy ya no se practica.
LA JUSTICIA NARCO NO INVESTIGA NI CONDENA
Quienes ejercen el poder en democracia, no han dudado en desarrollar políticas de impulso a negocios narco para construir más poder. La creciente producción de cocaína en la región es parte del viento de cola del modelo que sigue soplando. Además, nuestro país posee la industria química y la corrupción necesaria para el procesamiento de la pasta base junto a una economía enroscada en el lavado del dinero.
La cocaína encontrada de manera fortuita en Chubut empacada dentro de langostino congelado ratifica lo publicado en todas mis notas sobre narcotráfico en el sector pesquero. Puerto Madryn es desde décadas otro puerto liberado. Allí opera la emblemática CONARPESA que cobraba reintegros millonarios ilegales de la mano de Ricardo Echegaray. No tiene scanner, ni siquiera utiliza perros para detectar droga. La Aduana opera al igual que en todos los puertos pesqueros y con el misma práctica de toda industria exportadora. La empresa carga el container en la fábrica y después llama al funcionario de Aduana, se pone el precinto, si es que no lo dejó en la planta para que lo pongan al terminar la carga cuando retira el sobre. SENASA aplica la misma metodología así es como somos líderes en exportación de cocaína en containers.
El descontrol atroz de las Aduanas se refleja en la cantidad de cocaína que se exporta y a nadie le cuesta el cargo, eso es lo más llamativo. Las metodologías se repiten y los responsables nunca aparecen, sí sus testaferros. En los puertos pesqueros florecieron personas que de la nada, pasaron a ser millonarios. Así el asesinado Cacho Espinoza paso de ser marinero pescador a dueño de buques y empresas. Omar Segundo, de ser estibador a ser dueño de Poseidón y ofertar la compra de Harengus y Argenova. Gente tocada por la varita mágica, favorecida por la pútrida corrupción de un país y un sector del que se exportan millones desde siempre con total impunidad, apadrinado por el poder político.
En Mar del Plata hay empresarios que crecen desmesuradamente cuando los demás quiebran o venden, y siempre sobre ellos se dice que hay algo más. Argentina es el país para algunos de las oportunidades. Oscar Poleti fue preso en la operación langostino y al salir de la cárcel compró un frigorífico en Entre Ríos. Hoy es el mayor exportador de sábalos, dueño de hoteles y demás inversiones. Evidentemente encontró otra veta de crecimiento veloz.
Desde Mar del Plata cualquiera puede exportar lo que sea pues el control es inexistente. En el 2011, un ciudadano argentino fue detenido en España, a pedido de la justicia estadounidense, bajo la acusación de haber traficado 1.367 kilos de cocaína en latas de anchoas desde Mar del Plata hacia Filadelfia, entre 1987 y 1988. Ya en esa fecha la justicia sabe las prácticas exportadora de la industria pesquera y nada investiga.
“Hacen operativos pero el negocio de los cargamentos de droga, de cocaína, sigue igual que siempre”. La afirmación no sale de la boca de cualquiera. El que lo dice es Manuel Kleiman (56) uno de los principales expertos argentinos en “logística” al que carteles colombianos contrataron más de una vez para que les llevara droga a Europa escondida en todo tipo de embarques desde mondongo hasta pescado”. ¿Alguien puede creer que esto cambio? ¿O se mejoró la logística con mayor impunidad?
Eduardo Escudero preso domiciliario del operativo “merluza blanca”, tuvo varios socios nativos en sus emprendimientos en Brasil y Argentina. Algunos siguen vendiendo pescado al extranjero, viven en fabulosos edificios y tienen vehículos de altísima gama, son habitúes de lo mejor. ¿Cómo pueden revendedores de productores pesqueros que son exportadores, ser tan ricos? Porque la mayoría de los revendedores subsisten con los embates de la industria como pueden. Aquí hay algo que no es claro pero a la justicia narco de argentina no le llama nada la atención. “Están a la vista y cuando los vas a investigar y avanzas, empiezan a sonar teléfonos, que te ordenan dejar en stand by”.
Así es como los carteles de México y Colombia se radicaron en Argentina y no se van a ir por la maravillosa rampa exportable en que los funcionarios han convertido al país. La cantidad de precursores hacen la felicidad de sus expertos químicos para desarrollar droga liquida, plástica o adherente. Viven muchos en Mar del Plata en los lujosos edificios construidos en base a la corrupción local. La UIF es el órgano anti lavado que no ha visto las moles edilicias espectaculares en la costa marplatense. Si cruza datos de transferencias de las constructoras locales y ponen en marcha su potencial conjuntamente con la AFIP y Aduana serian muy pocos los que se podrían esconder. Pero a riesgo de tocar el poder más alto involucrado nada se investiga.
AFIP-ADUANA-UIF, son instituciones de control de la nación en manos de personas procesadas y multi denunciadas por corrupción. Fueron y son protegidos desde la Presidencia de la Nación por Néstor y Cristina como garantía del modelo. En Argentina estos organismos no cruzan datos, no miran la ruta del dinero porque al final está el traficante.
La Prefectura es una institución cooptada también por la corrupción en la que hay como en todas, personas muy dignas y capaces. Los departamentos de narcóticos de esta institución en Puerto Madryn y en Mar del Plata y otros puertos pesqueros son absolutamente inútiles y antieconómicos porque no detectan nada y solo sirven para gastar presupuestos.
En Mar del Plata hay armadores que aportaron materiales para su remoción edilicia y hacer comilonas. Esto los hace desde ya tener otro trato. Se venden dentro del puerto barcos enteros de más de 200 toneladas de pescado en negro. Salen en camiones, van a plantas ilegales, y nadie ve nada. ¿Cómo la AFIP no ve lo que se descarga y las chapas de los camiones y sus guías y SENASA y Prefectura? En los demás puertos sucede lo mismo. La corrupción en las fiscalizaciones pesqueras es la punta del iceberg del narcotráfico de los puertos pesqueros, manejadas por mafias sindicales absolutamente identificadas por la Prefectura e impunes. Este marasmo se blinda desde las autoridades pesqueras nacionales que todo lo avalan.
LOS RESPONSABLES DEL ESTADO NARCO
Quienes nos representan han optado por permitir que el narcotráfico se instale como parte del entramado social. En plena campaña, ningún partido político o frente que disputa el poder, se atreve a exponer en su discurso una alternativa válida para superar el descontrol operativo de los puertos del país. Ni se habla del tema. Un experto en la materia de la facilitación en el sector pesquero, es Felipe Sola. Quienes pretenden a su lado construir un espacio político develan su connivencia con la mafia portuaria de la que sigue siendo parte.
Roberto V. Maturana
Oficial de marina mercante- Investigador