CREDO DEL OPTIMISTA
Este credo fue publicado por primera vez en 1912 por Christian D. Larson, filósofo y autor de libros de pensamiento metafísico.
Prométete a ti mismo
Ser tan fuerte que nada pueda
perturbar tu paz interior
Hablar de salud, felicidad y prosperidad
con cada persona que conozcas
Lograr que todos tus amigos sientan que hay algo valioso en ellos.
Mirar el lado luminoso de todas las cosas y hacer
que tu visión optimista se convierta en realidad.
Pensar solo sobre lo mejor, trabajar
solo para lo mejor y esperar solo lo mejor.
Ser tan entusiasta acerca del triunfo de otros
como del propio.
Olvidar los errores del pasado
y concentrarte en
los grandes logros del futuro.
Tener siempre un semblante alegre
y dar una sonrisa a cada criatura viviente
con la que te encuentres.
Invertir tanto tiempo en tu mejoramiento
que no tengas tiempo para criticar a los demás.
Ser grande para lamentarte,
noble para enojarte y demasiado feliz como para preocuparte
Pensar bien de ti mismo, proclamarlo al mundo, no en voz alta, pero sí con hechos concretos.
Vivir en la fe de que todo el mundo está de tu lado, mientras permaneces fiel a lo mejor que hay en ti mismo
Este credo fue publicado por primera vez en 1912 por Christian D. Larson, filósofo y autor de libros de pensamiento metafísico.
Prométete a ti mismo
Ser tan fuerte que nada pueda
perturbar tu paz interior
Hablar de salud, felicidad y prosperidad
con cada persona que conozcas
Lograr que todos tus amigos sientan que hay algo valioso en ellos.
Mirar el lado luminoso de todas las cosas y hacer
que tu visión optimista se convierta en realidad.
Pensar solo sobre lo mejor, trabajar
solo para lo mejor y esperar solo lo mejor.
Ser tan entusiasta acerca del triunfo de otros
como del propio.
Olvidar los errores del pasado
y concentrarte en
los grandes logros del futuro.
Tener siempre un semblante alegre
y dar una sonrisa a cada criatura viviente
con la que te encuentres.
Invertir tanto tiempo en tu mejoramiento
que no tengas tiempo para criticar a los demás.
Ser grande para lamentarte,
noble para enojarte y demasiado feliz como para preocuparte
Pensar bien de ti mismo, proclamarlo al mundo, no en voz alta, pero sí con hechos concretos.
Vivir en la fe de que todo el mundo está de tu lado, mientras permaneces fiel a lo mejor que hay en ti mismo
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