"Ciudad abierta, sin murallas, tal es el hombre que no tiene el control sobre sí mismo"
El Locus de Control (LC) es
la emoción de una persona de lo que determina (controla) el rumbo de su
vida. Es el grado en que un sujeto percibe que el origen de eventos,
conductas y de su propio comportamiento es interno o externo a
él. (Fuente: Wikipedia)
Partiendo de esta definición inicial y, por otra parte, la
llamada "Ley de control" nos dice que nos sentiremos positivos en la
medida en que percibamos que controlamos nuestra propia vida, mientras
que nos invadirá una sensación negativa cuando notemos que no ejercemos
control o experimentemos que nos hallamos influidos, de manera notoria,
por una persona o fuerza externa.
Comúnmente se
admite que la mayoría de los estados de estrés, ansiedad, tensión y
enfermedad psicosomática, aparecen como consecuencia de que una persona
se siente bien controlada o bien que no controla alguna esfera
importante de su vida. Es decir, te puedes sentir responsable de tu
propia vida, feliz, positivo y confiado o, por el contrario, puedes
sentirte controlado por otros, impotente, atrapado y víctima.
En cualquier
caso, hacernos con las riendas de nuestra vida comienza por el control
de los pensamientos, que es en lo único sobre lo que podemos ejercer un
completo dominio. Lo que pensamos acerca de cualquier situación
determina nuestro sentir sobre ella y este sentimiento es lo que
establece nuestra conducta.
La
autodisciplina, el autodominio y el autocontrol se consiguen desde el
momento en que podemos dirigir nuestro pensamiento. Ninguna persona o
situación puede hacernos sentir algo; solo la forma de pensar sobre una
determinada persona o situación, es lo que nos hace sentir eso que
sentimos.
Básicamente,
hay dos formas de controlar cualquier circunstancia que nos esté
causando estrés o malestar psíquico. La primera es pasar a la acción,
enfrentarnos a ella y hacer algo para cambiarla; en otras palabras,
imponernos a la situación y convertirla en algo diferente. La segunda
consiste en desaparecer, quitarnos de en medio. Porque sí, hay veces que
podemos recobrar el control apartándonos de la persona o de la
situación y dedicándonos a hacer cualquier otra cosa.
Desde el momento en que decidimos no resistir más tal o cual situación, empezamos a recobrar nuestro sentido del control.
Y recordemos que las personas que posean un propósito claro y un plan
preconcebido, siempre tendrán ventaja sobre las que sean indecisas e
inseguras.
"Una de tus
mayores responsabilidades es la de llevar tú mismo el timón de tu vida.
Este sentido de control es la base en la que te tienes que apoyar para
alcanzar un mayor éxito y felicidad en el futuro." (Brian Tracy)
Capítulo Uno
Voy andando por la calle
Hay un agujero profundo en la acera
Me caigo
Estoy perdido... No sé que hacer
No es culpa mía.
Tardo siglos en salir.
Capítulo Dos
Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Hago como que no lo veo
Me vuelvo a caer.
No puedo creer que me haya caído en el mismo sitio.
Pero no es culpa mía.
Tardo bastante tiempo en salir.
Capítulo Tres
Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Veo que está ahí
Me caigo... Es una rutina,
Pero tengo los ojos bien abiertos.
Sé donde estoy
Es culpa mía
Salgo rápidamente.
Capítulo Cuatro
Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Lo esquivo.
Capítulo Cinco
Voy por otra calle.
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