Se dio vuelta la taba!

La taba es el hueso astrágalo del animal vacuno al que se aplican figuras de metal en sus dos caras (“suerte” y “culo”). Es un juego combinado de azar por una parte, y por la otra, de “baquía” o habilidad para arrojar ese hueso.

Si bien el juego ha sido adoptado en toda Sudamérica, particularmente en la pampa argentina y uruguaya, su origen se remonta a la Grecia antigua, donde se jugaba a las tabas utilizando cuatro astrágalos de cordero, como hoy se practican los juegos de dados, y esa actividad incluso la cita Homero en su obra La Ilíada.

Lo cierto es que en nuestro país el juego de la taba está asociado de antiguo con todo lo gauchesco, y la “baquía” de algunos paisanos para “echar suerte” casi siempre solía generar discusiones y peleas, por lo que finalmente ese juego fue prohibido. Sin embargo, curiosamente, en una localidad cercana a La Plata (Abasto) se encuentra la “capital nacional de la taba”, donde periódicamente se hacen torneos y reuniones de “taberos”.

Por eso, hoy podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que a los K “se les dio vuelta la taba”. Todo un rosario de groseros errores (que obviamente no son admitidos por la Presidenta y sus adláteres) condujo desde el triunfalismo soberbio del “Cristina ya ganó” a los temores crecientes, críticas cruzadas y rencillas internas que comenzaron a dividir La Cámpora y otros sectores privilegiados por el “gran dedazo” de la Presidenta, como dijéramos en estas mismas columnas el 29 de junio pasado. Gobernadores, intendentes, dirigentes del justicialismo y de organizaciones sociales, como también una multitud de otros actores protagónicos que armaron “casi” un operativo clamor para pedirle a Cristina la reelección, hoy se sienten abandonados a su suerte.

Lo que ha ocurrido en las últimas semanas es un presagio de lo que se avecina. Santa Fe fue un ejemplo válido de cómo van las cosas para el oficialismo. Ni hablar de la ciudad de Buenos Aires, donde la obstinación casi enfermiza para disputar una segunda vuelta que prometía ser un verdadero papelón para los K agigantó la desteñida figura de Mauricio, y “quemó” para siempre al mejor candidato que tenía el oficialismo para la ciudad. Hasta el impresentable D’Elía se lo acaba de decir, marcando el grosero error de brindarle de nuevo el escenario a Macri. Los veinte puntos de diferencia en la primera vuelta entre el jefe de Gobierno de la CABA y el desafiante presagiaban un KO escandaloso. Y así fue, nomás.

Es que la gente se cansó, y está haciendo “tronar el escarmiento” en todo el país. Con la desaparición de Kirchner, también comenzó a desaparecer el kirchnerismo, aunque creyeron que fácilmente lo reemplazaría el “cristinismo”. Creyeron que “comprando” encuestas, conciencias y voluntades todo se podía lograr. Les soltaron la mano a montones de fieles seguidores, y encumbraron a un ramillete de jóvenes ávidos de buenos puestos y dorados oropeles, incapaces de caminar las villas, los barrios suburbanos y dialogar con los sectores carecientes, que a pesar de la parafernalia K, siguen siendo más de la tercera parte del país. Estos jóvenes de 2011, agraciados por el gran “dedazo” de Cristina, son lo que fueron en 1999 los “jóvenes sushi”. Así les fue.

Por eso, hoy recurrimos al juego gauchesco por excelencia para graficar en qué termina esta historia: perdieron la “baquía” para tirar el hueso, y ya no podrán echar suerte. Saque conclusiones el lector de qué lado cayó ahora la taba...

Miguel Maldonado
Fuente: Diario Hoy (La Plata)