“101 cuentos clásicos de la India” es una recopilación de cuentos de Ramiro Calle, maestro y escritor de yoga. De entre todos sus libros, de temáticas filosóficas y espirituales en su mayoría, en éste se relatan cuentos tras los que se esconde una enseñanza trascendente que procede de la sabiduría popular del país. Todos con una redacción corta, fácilmente comprensible, cada uno de ellos termina con una reflexión que facilita al lector la comprensión de la finalidad del texto.
La India, su espiritualidad y misticismo siempre han generado curiosidad en occidente. Buena prueba de ello es el continuo peregrinar de viajeros que esperan encontrar en aquel país la esencia espiritual que, por el motivo que sea, no alcanza en sus lugares habituales de residencia.
Entender la India, la mentalidad de los hindis es harto complicado, por eso suele ser desesperante para los occidentales comprender su postura ante la vida y la muerte. Algunos conceptos, algunos pensamientos que presiden el modus vivendi de estas personas que profesan religiones tan distintas entre si como son el hinduismo, el jainismo o el budismo, no son fáciles de resumir mediante palabras sencillas y directas por lo que, las enseñanzas se muestran y transmiten mediante parábolas y cuentos.
Pueden utilizar este interesante libro para trabajar los valores mediante la lectura de exóticos cuentos que, además, traen moraleja final.
Aquí uno de ellos: “EL ANCIANO Y EL NIÑO”
Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo.
Llegaron a una aldea caminando junto al asno y, al pasar por ella, un grupo de mozalbetes se rió de ellos, gritando:
--¡Mirad que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro.
Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al pasar por el mismo, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Dijeron:
--¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y pobre niño caminando.
Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos.
Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados:
--¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Habéis visto algo semejante?
El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado.
—¡Qué vergüenza!
Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar:
--¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal!
El anciano y el niño optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando:
--Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas.
!Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos!
De repente, el burro se revolvió, se precipitó en un barranco y murió.
*El Maestro dice: Si escucháis las opiniones de los demás, acabaréis muertos como este burro. Cerrad los oídos a la opinión ajena. Que aquello que los demás censuran te sea indiferente. Escucha únicamente la voz de tu corazón y no te pierdas en opiniones ajenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario