Las palabras
El cenicero Boudou
"Está como cenicero en moto, no sirve para nada."
(Del sindicalista Hugo Moyano, en referencia al papel del vicepresidente Amado Boudou.)
(Del sindicalista Hugo Moyano, en referencia al papel del vicepresidente Amado Boudou.)
Para el secretario general de la CGT opositora, Hugo Moyano, la función que cumple Amado Boudou es tan intrascendente que ni el cafetero del Congreso atiende sus pedidos. "Me decían el otro día que pide: «Che, traeme un café», y el tipo le responde: «Vení a buscártelo vos»", contó el líder del gremio camionero. Es probable que para quienes dirigen la televisión pública también sea así: ayer, durante el mensaje presidencial a la Asamblea Legislativa no le regalaron ni un primer plano al golpeado vicepresidente.
Sin embargo, Boudou no para de hacer lo que mejor sabe: sonreír. Sobre todo, a la hora de explicar su cada vez más comprometida situación en la Justicia, en donde está acusado por negociaciones incompatibles con la función pública en la causa Ciccone y por enriquecimiento ilícito.
No dejó de sonreír tampoco cuando, días atrás, le tomó juramento como presidente provisional del Senado al santiagueño Gerardo Zamora, el elegido por Cristina Kirchner como segundo en la línea sucesoria presidencial ante su inconfesable presunción de que Boudou, tarde o temprano, podría verse forzado a renunciar o a pedir licencia si es llamado a una declaración indagatoria por el juez Ariel Lijo.
Ante cada embate, Boudou dobla su apuesta y, además de sonreír, recurre a su especialidad: tocar la guitarra. Como cuando sugirió, vía Twitter, que la razón de sus desgracias judiciales es que "este gobierno nacional decidió que los billetes los tiene que hacer el Estado y están peleando por eso". Obvió que fue él quien propuso que sus amigos de The Old Fund, la empresa que les pagó viajes por el mundo a su hermano y a su socio, aterrizaran en la calcográfica Ciccone, cuya estatización se resolvió bastante después, cuando ya había estallado el escándalo, con la velada intención de borrar todo rastro de irregularidades que salpicaran a funcionarios del Gobierno.
Tiene suerte por ahora el vicepresidente. La Presidenta cree que soltarle la mano podría tener para ella mayores costos políticos que desprenderse de él. ¿Ignorará el costo que ha pagado en los dos últimos años por sostenerlo? ¿O estará persuadida de que el silencio de Boudou es más valioso que cualquier encuesta de imagen?.