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martes, 3 de septiembre de 2013

Manos limpias- primera y segunda parte por Alfredo Leuco

Manos limpias (Primera parte) POR ALFREDO LEUCO

  

Esta es una columna sobre la relación del pueblo argentino y la honradez. Es un intento de mirar las dos caras de nuestro comportamiento frente a los delincuentes. Esta es solo la primera parte, la más oscura. Mañana, se viene la segunda, la más luminosa. 
Me impactó muy negativamente todo lo que pasó con Luis Mario Vitette Sellanes, el cabecilla de lo que se conoció como el “Robo del Siglo”. ¿Se acuerda? Fue el 13 de enero de 2006 en el banco Rio de Acassuso. 

Como dicen las crónicas policiales el delito tuvo ribetes cinematográficos con la utilización de gomones para escapar por unos caños de desagues y todo. Pero el suceso puro y duro es que una banda de malandras tomaron 23 personas de rehenes y reventaron casi 150 cajas de seguridad y se llevaron dicen algunos, entre 10 y 15 millones de dólares y varios kilos de joyas. Le resumo más todavía. Hubo una batida de una mujer despechada y la policía detuvo a los responsables. Se conocieron detalles presuntamente simpáticos. Que le cantaron el cumpleaños feliz a una clienta asustada. Que dejaron una nota presuntamente poética donde quisieron disfrazar el robo de algo romántico al estilo Robin Hood porque era un banco de ricos y otras presuntas picardías más.

A todo lo pongo “presunto” porque para mi se trataron lisa y llanamente de burlas a la justicia, de tomaduras de pelo a la ley y me pareció que no le hubieran caído nada bien a ningún argentino que le hubiera tocado que le robaran los ahorros de toda la vida. El jefe de la banda, apodado “el uruguayo”, Vitette, fue condenado a 21 años y 6 meses de prisión. La justicia hizo lo suyo. Hubo rehenes, es decir privación ilegítima de la libertad, destrucción y robo de propiedad privada y todo no terminó en tragedia o un tiroteo con la policía de puro milagro. Los empleados y los clientes tenían pánico y peligro de ser asesinados si quedaban en medio de un tiroteo. Sin embargo el responsable máximo de semejante delito ya está paseando en libertad por las calles de su Uruguay natal. ¿Qué paso? La Ley Nacional de Migraciones promulgada en 2005, dentro de esta década ganada por muchos ladrones de guante blanco como Vitette, ordena que los delincuentes extranjeros sean expulsados del país después de cumplir la mitad de la condena. 

Y Vitette fue tratado como una verdadera estrella de Hollywood. Porque los millones de dólares que se afanó no aparecieron nunca. Llegó al aeropuerto de Carrasco custodiado para que no le pase nada por el estado argentino que pagamos todos, con personal policial que descuidaba otras tareas de seguridad. Bajó con su tableta IPad y su hija lo fue a esperar en un auto de alta gama como corresponde a un verdadero millonario. Dos cuestiones me partieron la cabeza. El robo fue e 13 de enero de 2006. Lo condenaron a 21 años y 6 meses. Pero lo deben expulsar a la mitad de la pena, es decir en el 2016. Todavía faltan 3 años pero ya está libre, gastando su platita, o mejor dicho la platita ajena que se robó. Buen comportamiento, estudios en la cárcel, chicanas y rebusques legales que permiten facilitar siempre la salida de los chorros y generarle muchos problemas y dolores de cabeza a los honestos. Eso por una parte, lo legal que creo humildemente que debe ser revisado y corregido. 

Pero lo más grave es cierta admiración de una parte de la población y del periodismo. Es un genio, dicen los muchachos. No mató a nadie. Parece que no utilizó armas de verdad. Es un bohemio, un poeta romántico que ahora se hizo rico y fue mas vivo que todos. Ese si que la sabe. La hizo bien. Vitette disfruta y potencia esa fama de genio. Se presenta como un experto en inseguridad. Algunos periodistas lo consultan como si fuera un asesor científico y una parte de nuestra identidad argentina celebra el Robo del Siglo porque no le robaron a ellos. Me parece que la señal que se le manda a la sociedad es nefasta. 

Que robarle la plata a otro puede ser simpático, genial y digno de admiración. Los policías que lo trasladaron y nos tienen que cuidar a todos ganan dos pesos con cincuenta y viven en barrios marginales. Y el ladrón es un señor respetado y elogiado que da exclusivas por televisión y hasta se da el lujo de que musicalicen sus poemas donde se hace apología del delito. No es Robin Hood ni un bandido rural justiciero. 

Es un chorro de lo peor que puso en peligro de vida a mucha gente y que no le dio el dinero a los pobres. No puedo comprender la potencia con que prende en nuestro pueblo ese tipo de cosas realmente despreciables. Es un vivo. Roba pero hace. No mató a nadie. Después no sabemos porque tenemos funcionarios y gobernantes que hacen lo mismo. Son vivos, roban pero hacen y no matan a nadie. Glorificando el delito, admirando ladrones, celebrando su astucia. Que picaros que somos los argentinos. Manos limpias, las pelotas. Así nos va.

 

Manos limpias (Segunda parte)

  

 

Este es el costado más luminoso. La segunda parte de la historia que ayer comencé a contarles sobre la relación del pueblo argentino y la ética. Porque una parte de nuestro cuerpo social admira y celebra a delincuentes como Vitette Sellanes pero, otra parte, espero que mayoritaria venera a los grandes hombres que fueron y son ejemplos de manos limpias de verdad. De gente que anda o anduvo por la vida con la frente alta. Hay una dimensión de la ética individual que se transforma en mensaje colectivo. En valores que se siembran para cosechar mejores dirigentes. 

Hablo de aquellos que tienen una actitud austera y republicana. De honradez absoluta. Gente que tuvo o tiene mucho poder y gloria y que, sin embargo, son ejemplos de rectitud cívica. La revista “Noticias” publicó una interesante encuesta de Jorge Giacobbe y Asociados sobre los más honestos o los más honrados. Es una forma de hablar de nosotros mismos, de nuestras convicciones mas profundas. De cual es el verdadero rechazo que tenemos a la corrupción en particular y a la corrupción de estado en general. ¿Realmente valoramos a las personas de bien? ¿O por lo bajo decimos que son unos boludos y los verdaderos vivos son los delincuentes?

Los resultados de la consulta son esperanzadores. En los primeros diez puestos aparece gente que siempre destacamos y proponemos como espejos en los que debemos mirarnos. Porque son la confirmación de que se puede hacer el bien sin mirar a quien, y de que cualquier persona puede destacarse fuertemente en lo suyo, sin perder la ética ni la honradez. Escuche quienes son los tres que comparten el podio: El Papa Francisco, en primer lugar. Segundo: Manuel Belgrano y tercero don Arturo Illia. Impecable. 

El Papa es el único que vive de los tres pero es impresionante como aquellas personas que se comportan como se debe, quedan grabados a fuego en la memoria colectiva. Belgrano y don Arturo, dos emblemas de la transparencia y de la entrega al prójimo. ¿Le cuento quienes son los que completan los primeros diez puestos? La Madre Teresa está en cuarto lugar. La sigue el doctor Rene Favaloro, San Martín, Juan Carr, Nelson Mandela, Ghandi y en el puesto 10, otro ex presidente radical ya fallecido, Raul Alfonsín. ¿Qué me cuenta? ¿Le parece bien la lista? ¿Usted sacaría a alguien, agregaría a otros? Es un buen ejercicio pensar en esos nombres como motores de nuestro comportamiento. Fíjese que maravilla lo que pasa con el fundador de la Red Solidaria. Juan Carr y el Papa son los dos únicos argentinos vivos. El sudafricano Nelson Mandela, está enfermo pero, por suerte, ayer salió del sanatorio donde estaba internado. Repasamos: argentinos vivos entre los diez primeros puestos solo están el Papa Francisco y Juan Carr. Hay dos ex presidentes radicales, Illia y Alfonsín, dos próceres históricos que son la matriz de nuestra identidad nacional como Belgrano y San Martín, un médico que es una suerte de santo laico de este país y que todavía no fue reconocido lo suficiente como Favaloro y el resto son íconos y patrimonios de la humanidad, gigantes morales como la Madre Teresa, Nelson Mandela y Ghandi. 

La encuesta es una buena radiografía de la mejor parte de los argentinos. Si ellos nos representan. Si ellos encarnan los valores que promovemos y el tipo de argentino que fomentamos para nuestros hijos quiere decir que todavía hay esperanza. Que todavía podemos. 
Entre los veinte mas votados aparecen también Elisa Carrió, Eva Perón, el Pepe Mujica, el Che Guevara, Juan Pablo Segundo, Mariano Moreno, Juan Domingo Perón, Jorge Lanata, Domingo Faustino Sarmiento y Greenpeace. 

Me parece que en este segmento, ya se empiezan a mezclar otros elementos, igualmente valiosos en donde hay otro tipo de elecciones, partidarias, de preferencias coyunturales o de virtudes diversas pero que no son estrictamente lo ecuménico que representa la honestidad entendida como piedra basal de la vida pública. Algunos para-periodistas de estado y muchos kirchneristas le bajan la importancia al tema ético. Miran para otro lado para no ver a los Báez, los Jaimes y los Boudoues y llaman “honestismo” en forma peyorativa a aquellos que pregonamos que “no robarás” es uno de los diez mandamientos que hay que respetar y que es el mínimo denominador común que necesitamos para nuestros gobernantes. Son los cimientos. Es verdad que hay honestos que son o fueron malos gobernantes. Pero no hay buenos gobernantes si no son honrados. A esta altura ya deberíamos saberlo. Para que las manos limpias sean una realidad. Y nos vaya mucho mejor.

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