Realismo trágico (en dos minutos)
Una religión con un apóstol y once Judas
Una pena. Con dos caballetes más y un tablón, la mesa de diálogo con "los titulares" se hubiera estirado hasta el sindicalismo no alineado, el campo y un par de referentes de la oposición. El gran acuerdo nacional. ¿Por qué en la mesa no sentaron a todos? Porque son vistos como traidores. Curiosa religión el kirchnerismo: Cristo tenía un Judas y once apóstoles. Cristina sospecha de la proporción inversa.
¿Para qué echar a Judas de la mesa? ¿No es mejor invitarlo a comer para que explique cómo resolvería él los problemas? El Gobierno se perdió la irrepetible oportunidad de pintar otro cuadro famoso: la Maja opositora desnuda .
¿Que no está en paños menores? El peronismo disidente, el macrismo y parte del radicalismo insinuaron la idea de reclamar el control de la Cámara baja, pero desde el socialismo y UNEN ya expresaron que no sería "responsable" quitarle al Gobierno la presidencia de Diputados, luego de que el oficialismo dijera que "quieren desestabilizar" y que hay "riesgo institucional".
Estamos en problemas: que en 2013 el Gobierno exhiba en la vidriera la misma psicopateada de la temporada 2008 no asombra. Lo que asombra es que algunos la sigan comprando.
¿O en realidad no la compran y lo que tienen es miedo escénico?¿No es hora de que cierta oposición venza el temor, suba a las tablas y abandone el sillón del crítico? (Borges ironiza en El Aleph : "Los críticos, esas personas que no disponen de metales preciosos ni tampoco de prensas de vapor, laminadores y ácidos sulfúricos para la acuñación de tesoros, pero que pueden indicar a los otros el sitio de un tesoro".)
Demos una vuelta más antes de volver al diálogo santacruceño. Nada menos que en el Consejo de las Américas, delante de los empresarios más importantes del país, Daniel Scioli -el que no traiciona- fue traicionado por su ansiedad: "En este momento pongo todo mi empeño en acompañar a la Presidenta, porque este gobierno tiene que terminar lo mejor posible para que luego la dinámica de la democracia pueda proyectar a la Argentina hacia un mejor futuro". La "isabelizó", verbo prohibido.
El evangelio según Ciccone dirá que en esa mesa santacruceña se produjo el milagro: Cristina reconoció que la inflación era "de menos del 20" (no del 9 del Indec) y que es necesario corregir el impuesto a las ganancias. Eso sí: cuando aclaró que el mínimo no imponible se va a elevar cuando el Estado encuentre una forma de compensar lo que dejaría de percibir, los empresarios agarraron bien fuerte su parte de la frazada corta. Se viene el tirón.
Pregunta: ¿por qué si estamos en la "década ganada" la frazada es tan corta"?
Respuesta: o sobra polilla o falta naftalina. Pero alguien se la está comiendo.
Escena bíblica: en la larga mesa, en el medio, ella. Y a sus costados, "los titulares". "Uno de ustedes me va a traicionar", dijo. Le falló el ojo: fueron 4 millones de votos menos.
Mientras Cristo del agua hizo vino, Cristina del agua hizo represa. Y fue así como a Gerardo Luis Ferreyra, de Electroingeniería, por fin le llegó el alargue que le tiró Zannini desde su despacho. Para darle luz. La licitación fue tan transparente que ahí Cabandié también vio peces.
Fin de la mesa de diálogo patagónico. Aeropuerto de Río Gallegos. Haciendo tiempo hasta que embarquen los últimos empresarios, parece que un piloto le dijo al otro, zorros los dos: "¿Sabés por qué paró en Seychelles? Porque ahí también pidieron hablar con los «titulares»"..