Una Eva y cinco Adanes
POR ALEJANDRO BORENSZTEIN
Amigo bonaerense, estamos en tiempos electorales y esta es su oportunidad para sacar provecho. Ahora puede conseguir lo que siempre necesitó. Por ejemplo, ¿usted vive en Berazategui y hace 6 años que le prometen cloacas? Llame ya al peronismo, a cualquiera de sus cinco concesionarios oficiales, Massa, Insaurralde, De Narváez, Momo Venegas y Amadeo (parece joda, “una Eva y cinco Adanes”) y al primero que lo atienda dígale que Margarita Stolbizer le prometió presentar el proyecto “Cloacas para Todos”. Al toque van a venir corriendo a ponerle el caño. Quien le dice, Insaurralde le trae a la Presidentapara que le baile un ratito al borde de la zanja. Y por cadena nacional.
Vamos, es ahora o nunca. Por eso es importante entender el mapa de la situación.
En principio digamos que, por primera vez, el kirchnerismo corre de atrás. Va segundo en la Provincia, y va cola en Mendoza, Santa Fe, Córdoba y Capital. Sin embargo, todavía tiene chances porque a la hora de regalar caños y tapar baches tiene muchísima más guita que todos los otros juntos. Y a la hora de hacer propaganda neofascista, ni le cuento. Mientras los partidos recién están autorizados a hacer propaganda a partir de mañana, el Gobierno nunca detuvo la matraca y el autobombo. Con la mosca de todos, obvio.
En la Provincia, la Jefa eligió a Insaurralde que es un tipo que da bastante sensato y al que presentan como ahijado de Boudou (si es así, habría que avisarle a este muchacho que, políticamente, hace rato que se ha quedado huérfano). El candidato K parece sólido, pero le faltarían 20 centímetros más de altura y un poco más de ancho de hombros para tapar a la banda de facinerosos que vienen atrás, colgados en la misma boleta: Kunkel, Recalde, Conti, De Petri y otros modernos demócratas neoescandinavos.
Vienen con el apoyo de Scioli. Sí señor, Scioli. El mismo al que hasta hace unas semanas, desde la Jefa para abajo, puteaban en todos los idiomas. ¿Se acuerdan cuando decían que el defensor del proyecto nacional y popular era Mariotto, y que Scioli era la derecha?
Bueno, parece que ya no. Algunos dicen que el gobernador no se animó a enfrentar al Gobierno y que este es su final político. Yo no estaría tan seguro. Cuando uno ve a Scioli hablando desde la Rosada, en el mismísimo Salón de las Mujeres, aplaudido por De Vido y Abal Medina, y elogiado por el resto de la banda, incluido Luis D’Elía, tiene la sensación de que el Compañero Lancha se los abrochó a todos juntos con la Evinrude fuera de borda muerta. Si gana la Jefa, Scioli se habrá sacado de encima a Massa. Y si gana Massa, se habrá sacado de encima a la Jefa. Veremos.
La Compañera Jefa está confundida. Tiene frente a sus ojos la forma de derrotar a Massa y no la ve. En vez de atacarlo debería ser más viva y elogiarlo.
“Qué buen muchacho… yo lo tuve de jefe de Gabinete … nosotros somos mejores, pero para los que no estén del todo conformes, Massita es una buena opción…” . Lo ataca porque ella es ataquera por naturaleza, pero si fuera más viva lo arruinaría en un minuto. Al elogio moderado le podría sumar el ataque a De Narváez para instalarlo como su enemigo. Lo haría crecer al Colorado, lo bajaría a Massa, entre los dos se licuan y chau, gana Insaurralde.
Si se relajara lo vería más claro, pero la Jefa sólo se relaja cuando ve su serie favorita: “Game of Thrones”, una historia de luchas dinásticas medievales que casualmente acaba de obtener 17 nominaciones para el Emmy. Compite contra “House of Cards”, otra serie extraordinaria con Kevin Spacey que muestra las miserias de la Casa Blanca y el Parlamento norteamericano a través de un matrimonio de políticos. Tanto Ella como El son dos inescrupulosos capaces de hacer cualquier cosa en su desesperación por el poder y la acumulación de riqueza. Pensándolo bien, es lógico que mire la serie medieval.
La otra ya la vimos todos.
Macri parece más vivo. Su negocio es tratar de arruinarle el asado a Scioli y a Massa juntos. Para eso se la pasa diciendo que tiene un arreglo con el intendente de Tigre y que eventualmente lo votaría. Massa, cada vez que escucha esto, se quiere tirar de cabeza al arroyo Pajarito. Al Compañero Mauri le conviene que gane cualquiera, pero sólo por un puntito. De ese modo, les baja la cotización a los dos y se queda cara a cara con la Jefa que es lo que más le gustaría. Y a Ella ni le cuento. Sueñan con la gran final.
Aliado con Moyano y De la Sota, De Narváez va por el milagro de colarse entre Massa y el kirchnerismo al grito de “acá viene el peronismo”. Suena raro que el empresario De Narváez sea la esperanza peronista en el conurbano bonaerense, pero bueno… si se quiere dar el gusto, dejémoslo.
Cada uno hace con su guita lo que quiere.
Moyano, a quien muchos le rajan por su imagen negativa, es una pieza clave en estas elecciones. Asumiendo que siempre hay un fraudecito que ronda el 5%, el problema pasa a ser el control de las 30.000 mesas bonaerenses. El único opositor que tiene la capacidad de mandar a 30.000 tipos a mirar las urnas es el Compañero Hugo. Y además te manda 30.000 tipos de no menos de 120 kilos cada uno, y con una barreta para medir el aire de los neumáticos. O sea 3.600 toneladas de pura nerca peronista y camionera. Al primer pendejo de “La Cámpora” que se le ocurra tocar una urna, lo ponen entre dos pancitos, un poquito de chimichurri y al buche.
Dato al margen. Las urnas serán recolectadas por los camiones del Ejército. El mismo ejército que ahora dirige el Compañero General Milani, alias “el Superagente 86”.
Atrás irán los camiones de Moyano cuidando que no aparezca ningún pirata del asfalto. Que los garantes de la democracia sean el sindicalista más pesado del país y un militar sospechado de violaciones a los derechos humanos, es una insólita parábola de la historia argentina.
De atrás atropellan Margarita y Alfonsín que van por el 30% de cabezaduras fracasados que insisten en negarse a votar al peronismo.
Y finalmente, está la izquierda. Dividida como siempre. Vilma Ripoll, Maffei, Pitrola, Heberling. En vez de armar un frente entre todos, van al Karl Marx Market Headquarters, pagan el canon de materialismo dialéctico y cada uno abre su propio partido. Es un franchising. Como Café Martínez.
Amigo bonaerense, disfrute de esta fiesta y aproveche. Una cloaquita no se le niega a nadie.
PD: nada que ver, pero hablando de cloacas dos cositas más: 1-¡Bienvenido Jaime! Ya podés salir del retrete de la Rosada… 2- ¡qué bien anduvo el memorándum con Irán, no?!! ¿Para cuándo el Nobel a Timerman?