Es fácil confundirse entre la belleza
y la fealdad, si únicamente miramos la apariencia. Si miramos más
allá reconoceremos enseguida a la auténtica belleza. Cuento
precioso de Gibrán Jalil Gibrán.
Vestiduras
Cierto día Belleza y Fealdad se
encontraron a orillas del mar.
Y se dijeron:
- Bañémonos en el
mar
Entonces se desvistieron y nadaron en
las aguas. Instantes más tarde Fealdad regresó a la costa y se
vistió con las ropas de Belleza, y luego partió. Belleza también
salió del mar, pero no halló sus vestiduras, y era demasiado tímida
para quedarse desnuda, así que se vistió con las ropas de Fealdad.
Y Belleza también siguió su camino.
Y hasta hoy día hombres y mujeres
confunden una con la otra.
Sin embargo, algunos hay que contemplan
el rostro de Belleza y saben que no lleva sus vestiduras. Y algunos
otros que conocen el rostro de Fealdad, y sus ropas, no lo ocultan a
sus ojos.
Fuente: Cuento del libro “El Vagabundo” de
Gibrán Jalil Gibrán
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