"No solemos considerar como personas de buen sentido, sino a los que participan de nuestras opiniones"
Autor: François de la Rochefoucauld El "Efecto Bandwagon",
también conocido como el "efecto de arrastre", "efecto de la moda" o de
"subirse al carro", es la observación empírica de que las personas
hacen y creen ciertas cosas, simplemente porque otras ya lo han hecho
previamente. Es decir, cuanta mayor cantidad de gente haya adoptado una
determinada posición, mayor será el número de seguidores que esa
posición tenga, sin importar la evidencia de los hechos y sin
cuestionarlos.
Literalmente, el término Bandwagon hace referencia al vehículo que transporta a una banda durante un desfile. La frase: "Salta al bandwagon",
fue utilizada por vez primera en la política Americana en el año 1848,
cuando se empleó una caravana electoral en la campaña política del
candidato a la presidencia Zachary Tailor,
con el fin de llamar la atención de los electores utilizando la música
como recurso. La campaña fue un gran éxito y otros políticos imitaron el
método de ahí en adelante.
El "Efecto Bandwagon" es fácil de explicar. La
posibilidad de que alguien adopte un determinado comportamiento,
aumenta con la proporción del número de personas que ya se comporten
así. Hace referencia al estado de ánimo, habitual en procesos
electorales, en el que todo está decidido. El empuje de una candidatura
que se percibe como ganadora, tiene como efecto positivo el mensaje de
éxito que transmite y que atraerá el voto de los indecisos. Nadie desea
estar en el bando perdedor.
La regla general, es que las
conductas o creencias se propagan o contagian entre la gente. Este
efecto, que está bien documentado en psicología conductual, posee muchas
aplicaciones y se tiene muy en cuenta en las campañas de publicidad y
de marketing. Muchas campañas se centran en hacer ver que determinado
grupo de personas (target) disfruta con el producto que se intenta
promocionar (ya sea una idea, un comportamiento o un objeto), para
incrementar la probabilidad de adhesión de otros.
Se
han argumentado varias razones del porqué de este fenómeno y seguramente
todas deban entremezclarse para ofrecer una explicación completa y
veraz:
•
Por una parte está nuestra necesidad de pertenencia, de pertenecer a un
grupo determinado y compartir sus valores y formas de comportarse.
• Por otro lado, se encuentra la tendencia a asumir como cierto y correcto lo que hace la mayoría
• También está el hecho de asumir la opinión de otros, simplemente para obtener el beneficio que ellos obtienen.
•
... y la apatía social, que señala que no asumimos nuestra
responsabilidad y preferimos dejar decidir a la mayoría y seguir los
comportamientos generales
Sea
cual fuere la razón final, el hecho es que si ya otros lo hacen, existe
una gran probabilidad de que otros muchos más lo hagan... y con
independencia de las razones lógicas que existan para ello.
Reflexión final: “Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti.” (Lucio Anneo Séneca)
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