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jueves, 30 de junio de 2011

Cristobal Lopez (lopesitos) por Yayo













Cristóbal Manuel López, 53 años, casado, dos hijos, Documento Nacional de Identidad 12.041.648, nacido en la ciudad de Buenos Aires pero con residencia en Rada Tilly, Comodoro Rivadavia, Chubut; empre¬sario del petróleo, la basura, los colectivos, los olivares, los casinos y los tragamonedas, con una facturación que supera los tres mil millones de pesos, más de once mil empleados, ex corredor de Turismo Carretera y criador de caballos pura sangre, además de dueño de miles de hectáreas de campos, un avión y dos barcos.


2008


Kirchner firma, Cristóbal López recauda:


la verdadera historia del imperio del juego que gana miles de millones
Conozca a los oscuros socios del rey de los casinos y las tragamonedas. Uno a uno los favores políticos que abonaron un negocio fabuloso, ya extendido por decreto K hasta el año 2032.
Néstor Kirchner tenia una debilidad por los casinos. Su devoción por el juego ya era evidente cuando gobernaba Santa Cruz. La leyenda cuenta que cada vez que viajaba a Caleta Olivia, cruzaba la frontera de la provincia y se quedaba a dormir en Comodoro Rivadavia para jugar unas fichas en el casino de esa ciudad. A esa casa de la manejaba un humilde hombre llamado Cristóbal López, transformado hoy en uno de los máximos exponentes de los empresarios (y la riqueza) K.

En el camino de la construcción de su imperio del juego denominado Casino Club SA, López no sólo recibió la invalorable ayuda del entonces gobernador santacruceño. Recorrió ese camino de la mano de un grupo de socios de antecedentes oscuros y polémicos.

Cristobal Lopez y Lazaro Baez...socios del silencio..
Los dos inversores más prósperos que tiene la provincia comparten un enorme terreno donde construyeron sus negocios inmobiliarios. Uno de ellos levantó un petit hotel donde ultiman los detalles exteriores, el otro, múltiples cabañas para obtener una modesta renta mensual que le ayude a redondear las ganancias que le aporta Casino Club en la villa turística.

Cruzando El Calafate por la Avenida del Libertador General San Martín, como quien se dirige al Parque Nacional Perito Moreno, cualquiera que circule a un lado del verde boulevard y mire hacia su izquierda en medio de un faldeo que domina todo el lago, verá que se levanta un imponente edificio vidriado y a sus pies un conjunto de departamentos de prolija factura, con techos azules que son parte de avanzados emprendimientos inmobiliarios llevados adelante por dos amigos del poder: Cristóbal López que tiene a su cargo una veintena de departamentos de alquiler y un petit hotel propiedad del próspero empresario Lázaro Báez.

Los terrenos, le confiaron los vecinos del lugar, tenían poco valor hace 6 u 8 años, sin embargo esa escasa valoración de la tierra junto a las perspectivas que nacían con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia, alentaron al entonces Intendente de El Calafate, Néstor Méndez (hoy diputado provincial) a vender al círculo íntimo del poder, miles de metros cuadrados de tierras a valores irrisorios, que van desde los $ 2,95 a los $ 7,50 el metro cuadrado.

Es así que como producto de una “vaquita” entre amigos, Cristóbal y Lázaro decidieron poner unas monedas para ayudar al desarrollo de la localidad y adquirieron el predio ubicado en el Barrio Los Manantiales donde construyeron sus respectivos emprendimientos con la esperanza de contribuir con el crecimiento urbanístico de una zona de muy lento desarrollo, al menos hasta mediados del 2004.

En El Calafate las calles que se trazaron delimitando los nuevos loteos donde han prosperado gran cantidad de hostales, cabañas y casas de fin de semana, no poseen nombre asignado, una materia pendiente para la Municipalidad que no va al ritmo que le impuso la demanda turística y habitacional de la ciudad.

Por ese motivo la referencia local de ese lugar donde hoy están los emprendimientos inmobiliarios de Cristóbal y Lázaro, es la que los lugareños denominan “las casas de los guías”, debido a que cercana a la construcción del ostentoso hotel, se levantan desde hace mucho tiempo una serie de casas donde viven los guías turísticos de las empresas que brindan los servicios al turismo local y regional.

De acuerdo a lo que nos señalaba un Maestro mayor de obras que nos acompañó en una breve recorrida por el lugar, el imponente edificio de Lázaro fue declarado inicialmente ante la Municipalidad como un Shoping, en cuyo interior habría un hotel; el motivo es que en ese lugar de El Calafate, precisamente, no estaría autorizada la construcción de un hotel de esas características y dimensiones.

“Fíjense – nos refirió nuestro guía circunstancial – como verán si uno asciende por el faldeo todas las calles son de tierra”, decía mientras paneaba con su mano el paisaje de la montaña que se levanta frente a la Avenida del Libertador.

Efectivamente, pudimos apreciar a simple vista que ninguna de las calles aledañas a la avenida principal tiene asfalto, sin embargo la manzana que rodea las propiedades de los socios inmobiliarios amigos del ex presidente, cuenta con calles niveladas, pavimentadas y lo que las hace más llamativas es que sobre las veredas se han eliminado los postes con el consiguiente enjambre de cables de todo tipo que solemos encontrar a diario en cualquier localidad del interior; la explicación es que por orden de los ilustres vecinos, se han realizado todos los tendidos en forma subterránea, adecuándose de esta manera al entorno y eliminando el impacto visual (contaminación visual) que ocasionan las instalaciones eléctricas, telefónicas y de videocables en la vía aérea. (yo revisaría si en esos túneles hay dinero)

Los socios del silencio
A nadie le sorprende que tanto Lázaro como López descubran nuevos negocios en El Calafate (y mucho menos en otros puntos de la provincia) de hecho a Cristóbal López no le es ajeno el negocio inmobiliario puesto que es de su propiedad la empresa Talares de Posadas S.A. una constructora Misionera en la que anda metido un agente inmobiliario de Néstor Kirchner, nos referimos a nuestro vecino, Osvaldo Sanfelice, socio de Máximo Kirchner en “Negocios Inmobiliarios S.A” y hoy empleado del zar del juego en otra de sus firmas, dado que figura conchabado también en Alcalis de la Patagonia SA. otro emprendimiento de López que produce carbonato de sodio.

Sin embargo el amor por la tierra de Cristóbal López no termina allí, dado que en sus dominios chubutense posee un predio de 273 lotes de 600 metros cuadrados cada uno en Solares del Marqués, un complejo de 35 hectáreas dispuesto en la entrada a Rada Tilly, cercano a Comodoro Rivadavia.

Si bien Cristóbal López no va a sufrir alteraciones en su pasar económico, ya que el 5 de diciembre de 2007, unos cinco días antes de dejar la presidencia, Néstor Kirchner le dio una mano para ampliar la cantidad de máquinas tragamonedas que tiene instaladas en el hipódromo de Palermo en Buenos Aires, pasando de 3000 a 4.500 y por las dudas le prorrogó la concesión por 25 años más, para evitarle (quizás) estrés por la enfermedad social denominada “síndrome del pre-desocupado”, el amigo del ex presidente mantiene estrechos lazos de conveniencia comercial con el enlazamiento que hay entre las empresas Epsur S.A y Misahar S.A de Báez y OIL M&S de Cristóbal quienes obtuvieron por diez años 14 áreas de explotación petrolera en Santa Cruz, obtenidas bajo concurso público nacional e internacional, pero – como corresponde – siempre con algún beneficio aleatorio como que el Secretario de Energía de la provincia era el amigo que les tendía la mano, junto con el Ministro De Vido, solo para simplificarles la vida.

Si recordamos un informe, donde Casino Club de El Calafate logró que el Intendente Belloni firme un convenio por el cual le cedió un salón de fiesta contiguo a la sala de juegos por 10 años a 10 mil pesos por mes sin indexación de ningún tipo, contrato que por otra parte los Concejales de la localidad aprobaron sin problemas, debemos reconocer que para Cristóbal López, El Calafate, es tierra de oportunidades. (Agencia OPI Santa Cruz)

2009 LOS SECRETOS
Desde hace seis años hay una industria que no para de crecer, sólo conoce de ganancias y empresarios florecientes: la del juego. Argentina es el mayor mercado de América Latina para el negocio de las apuestas. Aunque la economía local es más chica que la de Brasil y México, ninguno de esos dos países brindó tantas autorizaciones para que casinos, bingos y tragamonedas se desarrollaran como en la Argentina. Según los cálculos conservadores, es un negocio de $ 30.000 millones anuales. Pero algunos creen que esa cifra sólo es la oficial y que las apuestas mueven más de $ 70.000 millones anuales. (2009)

El complejo agroexportador argentino, que exportó por casi US$ 22.000 millones en 2008, paga retenciones de entre un 20% y 35% de la cosecha. También tributan impuestos las manufacturas de origen industrial y varias actividades productivas. En el caso del juego, la recaudación que le queda al Estado Nacional no llega ni al 15% del total facturado. Y, en algunas situaciones, como son impuestos provinciales y municipales, se trata de porcentajes mucho menores para el fisco estatal, según se pudo reconstruir  en una investigación que comenzó hace meses y donde todavía hay respuestas oficiales que siguen sin aparecer.

Mientras Lotería Nacional, que supervisa la actividad del juego en el país, dejó de publicar datos en 2005, la administración de Néstor Kirchner y Cristina Fernández fue pródiga a la hora de abrirle el juego a varios allegados, entre los que se destaca Cristóbal López. El patagónico arrancó con los bingos y casinos en Chubut, en 1991, pero creció exponencialmente en los últimos seis años de gobierno kirchnerista. "No soy palo blanco (testaferro) de Kirchner", repitió López en entrevistas. Sin embargo, admite que sus negocios crecieron al calor de los buenos contactos con Olivos, adonde concurre cada vez que pisa Buenos Aires.

López quiere desembarcar con su empresa Casino Club en la provincia de Buenos Aires, aunque en privado sólo admite su interés en entrar al hipódromo de San Isidro. Hasta ahora no lo logró. El emporio actual del juego de López se compone de 11 casinos y 14 salas de tragamonedas en el interior del país, los barcos casino de Puerto Madero y el megacomplejo de esas máquinas del Hipódromo de Palermo. Quiere más. Está por abrir un lujoso hotel casino en Rosario y está anotado en la carrera del prode "on line".

Cristóbal López ya controla una gran parte del juego en la Ciudad de Buenos Aires. Según cifras oficiales, de los $ 2.284 millones apostados en 2008, las empresas vinculadas a López mordieron algo más de $ 1.600 millones.

El empresario es propietario, junto con socios locales, de la mitad de la firma Casinos Flotantes. Allí tejió una alianza con la ibérica Cirsa, propiedad de Manuel Lao tras una operación extraña, cocinada entre conflictos sindicales y presiones políticas. Además, es socio de Federico de Achával en el Hipódromo de Palermo y proveedor de las 3.400 máquinas tragamonedas de ese complejo de juego. El empresario admitió que posee el 25% de los barcos. En Palermo, dice no ser "socio" sino "proveedor" de las máquinas que allí funcionan. A cambio de esa prestación, se queda con un 22% de la facturación.

Su buen diálogo con la administración Kirchner permitió que el ex presidente le extendiera, antes de dejar la Casa Rosada, el permiso de explotación del Hipódromo. El mismo vencía en 2013 y fue prorrogado hasta 2032. Sólo en ese lugar, donde cada vez hay más tragamonedas, se juegan alrededor de $ 1.000 millones anuales. En los barcos, hay apuestas por otros $ 600 millones.

Casino Club es la empresa de juegos más importante del país, aunque López dedica sus esfuerzos de relaciones públicas a desmentirlo. "Codere es más importante", declara. La española, que maneja bingos en el Gran Buenos Aires, declaró ventas de 352 millones de euros en 2008 (a cambio de hoy, serían $ 1.936 millones).

Según otros actores del sector, Codere vendría en un segundo lugar del ranking, después de López. En 2008, ganó 110 millones de euros netos o antes de impuestos (más de $ 550 millones) en sus 14 bingos.

Otro jugador clave es Trilenium, de la familia Tabanelli, en Tigre. Este grupo también maneja varios aspectos relacionados con la transmisión de datos on line para la quiniela de la provincia de Buenos Aires, un contrato que estaría en revisión. Tabanelli quiere asegurarse que Casino Club no se cruce en su camino.

La provincia de Buenos Aires es para López la verdadera joya de la corona, por eso el acceso al prolífico conurbano norte obsesiona a los ejecutivos de Casino Club, que ven cómo ese rincón sólo beneficia a Trilenium. Quieren instalar maquinitas tragamonedas en el hipódromo de San Isidro.

En el sur del Gran Buenos Aires, a López se le adjudica buena relación con los concesionarios del juego en Avellaneda y Florencio Varela. En Quilmes, la patria chica del jefe de Gabinete Aníbal Fernández, también hubo contactos entre los que entienden de paños verdes donde caen las cartas y dados.

Mientras tanto se ultiman detalles para lo que será el Casino de Rosario. Hay quienes dicen que ese complejo de juego, al estilo Las Vegas, facturará por lo menos como dos barcos casino juntos. Esto sería cerca de $ 1.000 millones anuales para la ciudad más importante de Santa Fe.

López también estuvo atento a Córdoba. En el interior (Río Cuarto, Mina Clavero, Carlos Paz), ya hay casinos, pero no llegan a tributar ni $ 5 millones de impuestos al año. Pero el premio mayor es la ciudad de Córdoba. Allí, el electo senador Luis Juez declaró públicamente que López lo quiso sobornar para que diera vía libre a la instalación del juego. La Docta es otra obsesión de López para seguir cantando "bingo" con sus finanzas.

Los titanes del juego no dejan de girar la rueda mágica. La griega Intralot compró la tecnológica especializada en el sector Tecno Acción en asociación con Casino Club. En aquellos lugares en los que no puede entrar, López busca ser el proveedor de maquinitas.

López está preocupado por la presión de la Iglesia y las denuncias de políticos como Elisa Carrió sobre el tema. "Tenemos una batalla perdida que es la opinión pública", admiten en privado.

Héctor Cruz, un ex militar que fue interventor del Casino de Neuquén durante la época del Proceso y que realizó tareas de inteligencia en el Ejército. Ricardo Benedicto, un apostador crónico y esposo de la dueña de una constructora acusada de corrupción. Y Juan Castellanos Bonillo, un empresario hotelero de su misma ciudad que López convocó para no perder influencia en la sociedad a manos de Cruz y Benedicto.

Con estos acompañantes logró transformar en sólo 15 años un emprendimiento que a principios de los 90 sólo contaba con una sala de juegos en Comodoro Rivadavia, en un gigante hoy con 13 casinos y unas 6.360 máquinas tragamonedas distribuidas en 9 provincias.

Sus ganancias anuales se miden en miles de millones de pesos. Y su ganancia se va a ampliar aún mucho más a partir del escandaloso decreto que firmó Kirchner antes de dejar el poder, que le "exige" a Casino club aumentar de 3.000 a 5.100 el número de maquinitas en el Hipódromo de Palermo.

Nace Oil, la nafta de Cristóbal López

Petrobras vendió su refinería San Lorenzo y 363 estaciones en US$ 36 millones al empresario del juego
Cristóbal Manuel López, el poderoso empresario del juego, abrirá en enero, en Villa Carlos Paz, la primera de 363 estaciones de servicio con la marca que pretenderá imponer en el mercado argentino de combustibles: Oil. La estrategia quedó plasmada anteayer, cuando el directorio de Petrobras Energía acordó la venta de su refinería de San Lorenzo, Santa Fe, y 363 estaciones a la firma Oil Combustibles, del dueño de Casino Club, en 36 millones de dólares.

La operación, que había sido acordada el viernes pasado en el consejo de ministros de Brasil, incluye además la venta del volumen de petróleo y combustibles acumulados en la refinería y en las estaciones para unos 20 días, activos que, según los precios actuales, oscilarían en los 74 millones de dólares. Se trata, con todo, de precios que pueden variar en el transcurso de los 90 días que durará el traspaso. "El valor total de la transacción está estimado en aproximadamente 110 millones de dólares", dijo la estatal brasileña en un comunicado enviado ayer a las bolsas de Buenos Aires y San Pablo. Las deudas quedarán para Petrobras.

López tendrá así una red de estaciones que abarca el sur de la provincia de Buenos Aires y Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Salta, entre otras áreas, y 42 de lo que los petroleros conocen como "agroestaciones", que venden gasoil a productores agropecuarios. Instalado en Comodoro Rivadavia desde su infancia, abrirá también, de manera simbólica, una boca de expendio en esa ciudad. El cambio de imagen demorará, según prevén en la empresa, entre 12 y 15 meses.

Tantos cambios juntos recibieron la primera queja del sector, que salió, en duros términos, de Rosario Sica, presidenta de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina. "Es sorpresivo y preocupante, no sólo para los estacioneros sino también para el país, que una sola empresa compre, en un momento deficitario del sector, una destilería obsoleta y 360 estaciones de servicio. ¿Cuál es el objetivo? Sabemos que el señor Cristóbal López es una persona muy allegada al Gobierno."

Sica anticipa algunos juicios de los propietarios de las estaciones que no querrán cambiar la marca Petrobras por Oil. "Hay contratos vigentes, van a patalear unos cuantos", agregó.

El paso dado por Petrobras es, hasta ahora, una fuerte señal de desinversión en la Argentina, donde los brasileños mantienen todavía una refinería en Bahía Blanca y otras 150 estaciones de servicio.

En un comunicado enviado ayer a los medios, la compañía intentó objetar cualquier especulación. "Petrobras Energía SA reafirma su permanencia en el negocio de refinación y comercialización de combustibles por medio de la continuidad de la operación de su refinería en la ciudad de Bahía Blanca y su correspondiente red comercial", dijo.

Si se confirma, la estrategia de repliegue es medianamente nueva. En septiembre de 2007, Petrobras intentó expandirse en la Argentina y fue frenada por la Casa Rosada: enterados de que Exxon Mobil quería desprenderse de Esso, su filial local, los brasileños hicieron una atractiva oferta por la refinería que la petrolera norteamericana tiene en Campana. Aunque ya se había contratado para la operación al banco JP Morgan, el entusiasmo inversor quedó trunco ante las advertencias del Gobierno, que pretendía a empresarios locales como controladores de los activos de Esso. Como nadie igualó la oferta de Petrobras, Exxon Mobil se resignó finalmente a no vender.

López parece estar recorriendo un camino inverso al de Petrobras. Aunque el volumen de crudo que produce Oil M&S, su empresa de extracción, es todavía pequeño, el emprendedor de Comodoro Rivadavia pretende llegar a procesar, en un plazo de tres años, entre un 30 y un 45% de petróleo propio. Esta condición convertiría a Oil M&S en lo que el sector llama "petrolera integrada", un status que tienen sólo dos compañías en el país, YPF y Petrobras, que refinan y producen.

De todos modos, la destilería adquirida es relativamente pequeña. Con una capacidad para procesar unos 7000 metros cúbicos de petróleo por día –cuatro veces menos que, por ejemplo, la de YPF en Ensenada–, San Lorenzo está más preparada para refinar gasoil liviano o fuel oil, conocidos como "destilados medios", que cualquier otro combustible. Producir fluidos de mejor calidad, como la nafta de alto octanaje, la obligaría a agregar aditivos o recurrir a una planta reformadora. Cerca de la zona, López podrá contar para eso con las instalaciones de Petroquímica Argentina SA.

Estas características le permitirán sin embargo explotar otro negocio: la venta de fuel oil a la estatal Enarsa, la intermediaria que lo distribuye luego entre las generadoras de electricidad. Hasta ahora, la refinería tiene sólo un 8% en ese mercado.


El "Yabran" del kirchnerismo
“Sacarme una foto a mí, es como pegarme un tiro en la frente”. Esta frase fue mencionada por el extinto “empresario” Alfredo Yabrán a fines del año 1994, mucho antes de que se conociera su fotografía públicamente.

En el marco de la primera entrevista que otorgó a la prensa, más específicamente a revista Noticias, Yabrán no sólo no se dejó fotografiar sino que advirtió severamente que cuidaba por demás su imagen personal, presumiblemente por el tipo de negocios que llevaba adelante en “sociedad” con lo más granado del menemismo.

Luego de la desaparición del “narcoempresario” postal, se instaló en la sociedad la idea de que, a la vera del poder, podían coexistir oscuros personajes protegidos por funcionarios políticos de turno. Esto es así desde mucho antes de que Yabrán fuera quien fue y seguirá siéndolo toda vez que existen negocios que sólo pueden ser manejados por “prestanombres” de los poderosos de turno.

En la era Kirchner, no ha habido excepción a la regla: lo que Yabrán fue para Carlos Menem es Cristóbal López al kirchnerismo. No sólo en lo referido a su propia imagen —se conocen sólo dos fotografías del empresario, que circulan por Internet— sino en lo vinculado a sus negocios personales, muchos de los cuales existen y crecen gracias a su vínculo con el poder.

Es una obviedad asegurar que Cristóbal López no sería lo que es, si no fuera por las concesiones que Kirchner le “regaló”. No cualquiera puede meter sus narices en cuestiones tan intrincadas como son el juego y el petróleo, en un mercado resignado a pocos intereses, siempre relacionados con la “crema y nata” del poder.

Lo mismo sucedió con Yabrán, quien creció a la sombra del menemismo, gracias a los jugosos contratos que en los años 90 le ofrendaron los personeros de ese gobierno.

Llama la atención el exponencial crecimiento de Cristóbal López, como sucedió con Yabrán a finales del siglo pasado. Más aún su vinculación a una actividad como es el juego, tan proclive a delitos como el de “lavado de dinero”.


Memoria amig@s

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