Crisis de representación

Todos elegimos, todos vamos a ser representados.

Es maravilloso encontrar gente que pueda identificarse plenamente con un partido político, ya sea por elección o por herencia; son dignos de respeto, por el simple hecho de ser fieles a sus principios a pesar de todo, no es fácil acompañar en las buenas y en las malas.

Lo que es llamativo es que son muchos más los que van mutando, quizá en busca de utopías, esperando el cambio...

Pero como creer en los cambios?

Se observa una gran indiferencia, una gran desconfianza, cuesta creer. Las capañas no se sabe bien para quien están dirigidas. En los medios se habla de lo que dice uno u otro, se desprestigian, se juntan, se separan, y la gente?. La gente como las vacas en el campo, cuando viene el tren levantan la cabeza, miran un poquito y después siguen pastando. Estamos a un paso de elegir presidente, gobernadores, intendentes que van a trabajar para la patria no solo unos días, no es ésto una “crisis de representación”?

No me gusta utilizar el término revolución, porque indefectiblemente lo asocio con la violencia. Es sabido, que toda crisis antecede a una revolución, pero no siempre ésta última de genera. Me gusta más fijar mi idea en que toda “crisis implica un cambio”.

Al hablar de crisis, nos referimos a una situación donde los parámetros de las realidades, que por lo general se consideran normales, están en permanente cambio. Tenemos que decidir, no solo por lo que sentimos, sino por lo que vemos, eso es necesario y fundamental para una buena transformación, y por eso los cambios exigen esfuerzos, ante todo que seamos humildes y respetuosos.

Los cambios siempre generan nuevas posibilidades, nuevos caminos, traen fuerzas, y por sobre todo deseos de estar bien.

Debemos reclamar que se respete la Constitución Nacional. Que los gobernantes de turno sean honestos, que no confundan su acción personal, con la acción del gobierno, con la acción del estado. Que impere el estado de derecho para evitar la dictadura de hecho.

Todos merecemos percibir que existe respeto, honestidad, serenidad y ante todo diálogo. Será difícil encontrar alguien que lo demuestre a la hora en que debamos elegir? Yo creo que no.