Una nueva adivinanza de Lilita para Scioli
por Carlos Pagni
En Libertador 222 hay un edificio que los bingueros bonaerenses conocen al detalle. Durante la gobernación Scioli debían comparecer allí todos los meses. Ahora la concurrencia es menos tumultuosa, pero también ligada al juego: los jueves se celebra en ese domicilio una acaudalada partida de póquer.
La semana pasada la rutina se alteró. Uno de los jugadores, con asistencia perfecta, faltó. Al parecer, habían asaltado su mansión en el Boating. El mayor daño fue en el sótano. Allí el propietario atesoraría, a lo López, millonadas de efectivo. Los ladrones se llevaron varias cajas. La víctima pidió a Prefectura que no investigue nada. Por suerte, el perjudicado navegante del Boating radicó su patrimonio en Florida. Entre otros bienes, una propiedad en Naples tan opulenta que el portero mexicano tiene a su nombre dos Cadillacs.
Dos dirigentes políticos prestan atención a estos episodios. Daniel Scioli, que está muy preocupado, quiere más detalles. Las claves del acertijo las tiene, como siempre, Elisa Carrió, que está a punto de ampliar su célebre denuncia.
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