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domingo, 11 de septiembre de 2016

Mientras tanto, en algún lugar del peronismo…, por Alejandro Borensztein

Mientras tanto, 

en algún lugar del peronismo…

por Alejandro Borensztein








De nada nos sirve seguir añorando aquel feliz malentendido llamado “década ganada”. El 50% de los hogares argentinos gana menos de 11.500 pesos.

Mientras De Vido trata de demostrar que no tuvo nada que ver con el choreo en la obra pública ni con la destrucción energética, la Vía Láctea sigue expandiéndose en el Cosmos como si nada.
Mientras Aníbal Fernández sigue discutiendo con cada narcotraficante que agarran y nos quiere convencer de que no sabe como fue que los carteles de la droga se instalaron en el país, el sistema solar sigue moviéndose cómodamente a través la galaxia.
Mientras Ex Ella nos explica que no tuvo nada que ver con esas cosas y muchísimo menos con el accidente doméstico que sufrió el fiscal Nisman en el baño, el planeta Tierra sigue girando alrededor del Sol como lo viene haciendo hace 4.500 millones de años.
Con la misma lógica del Universo, de a poquito pero sin pausa, el país va entrando en una nueva era.
De nada nos sirve seguir añorando aquel feliz malentendido llamado “década ganada” que anunció haber bajado la pobreza al 4%, cuando la cruda realidad nos muestra que, tras diez años de la mayor bonanza regional de la historia, el 50% de los hogares argentinos gana menos de 11.500 pesos (fuente: Consultora W). Por mucho que lo intenten, no hay manera de endosarle este caramelito al gobierno de Macri.
¿En que estuvimos hasta ahora? Ni más ni menos que en tratar de salir de aquel zafarrancho y de ver si la cuenta la pagamos entre todos o la paga el mismo 50% de siempre.
Mirado desde el espacio y salvando el quilombito de las tarifas, el gobierno parece estar haciendo bastante bien aquellas cosas que, más o menos, todos coincidían en que debían hacerse(para más información, llamar a Bein, Blejer y todo el equipo que venía con el dúo Scioli/Zannini).
La oposición, salvo alguna que otra escaramuza de esta semana, acompañó razonablemente. Desde Pichetto a Stolbizer y de Massa a los gobernadores e intendentes del PJ, todos se han portado como si la democracia les hubiera encantado siempre (bocadillo que excluye a Margarita, obviamente). De los sindicatos ni hablemos. Parecen noruegos.
Finalmente, el pueblo se la banca y no le queda más remedio que ajustarse el cinturón, mantener derechos los asientos y bancarse la maniobra de despegue de la herencia.
Sólo los restos del kirchnerismo quedaron afuera del sistema, entre otras razones porque nunca estuvieron del todo adentro. Ni el traspaso del mando se bancaron.
Estaría faltando que la burguesía nacional rompa el chanchito y haga la apuesta que el momento reclama. El famoso “les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo” de Juan Carlos Pugliese en el final del gobierno de Alfonsín no aplica en estos tiempos. Aquel radicalismo ya se iba, este Cambiemos recién llega.
Suele escucharse entre los empresarios que “vamos a ver como evolucionan las cosas y después haremos las inversiones”. Error. Si van a esperar a ver como le va al gobierno, ya les anticipo que le va a ir mal. O hacen la apuesta ahora o al final del camino los va a estar esperando Moreno y su pistola. Después no se quejen.
Para ser justos, hay sectores como el campo y otros, que están apostando fuerte. No se si alcanza.
Así como el Universo no es estático, tampoco lo es la Argentina que sigue en constante movimiento. Pero como hace años que no hay datos confiables (recién ahora están apareciendo los primeros del INDEC), no sabemos si nos estamos moviendo para mejor, igual, peor o mucho peor.
Daría la impresión que mejor, lo que se dice mejor mejor, por ahora no estamos. Pero tampoco estaríamos tan mal como dicen los antepasados del homo sapiens, también conocidos como núcleo duro kirchnerista.
Si baja la inflación como así parece y la cosa empieza a reactivarse como andan diciendo por ahí, no estaríamos tan mal.
En ese caso, la oposición que hasta ahora se venía portando muy bien, se va a empezar a portar muy mal. Es lógico. El verso opositor de que “todos queremos que al gobierno le vaya bien porque entonces al país le irá bien” no se la cree nadie. Cuatro años de peronismo a la intemperie puede ser. Ocho en situación de calle ya es mucho.
Sin embargo, por ahora la prioridad del peronismo y del sindicalismo es sacarse de encima al kirchnerismo.
La gran duda es saber si la reactivación de país llegará antes de que el peronismo termine de hundir a los K, se acomode, vire rápidamente su flota imperial unificada, y empiece a bombardear al gobierno. Reactivación macrista o unificación peronista es la cuestión. El que llega primero gana.
De ahí el apuro por lanzar la nueva renovación peronista cuya primera función se representó esta semana. Digamos que arriba del escenario, el elenco daba raro.
Al mismo tiempo, los sindicatos van dejando de ser noruegos y amagan con un paro bien argento. Por ahora, sin apuro porque nadie quiere endurecerse ante el gobierno sin antes asegurarse que Máximo, Larroque, D’Elía, Esteche, Boudou y otros estadistas hayan quedado a la deriva en un bote salvavidas timoneado a los gritos pelados por Ex Ella. No sea cosa que alguno se cuele de polizonte en el nuevo crucero del amor justicialista.
Al menos esto es lo que expresan en los medios las distintas voces del peronismo. Desde Massa a Urtubey, pasando por Insaurralde, Bossio, Facundo Moyano, Graciela Camaño, Felipe Solá, Marangoni, la Intendenta de La Matanza o los trillizos Pignanelli (está confirmado que son trillizos, de otra manera no se explica como hace el tipo para estar en todos los programas al mismo tiempo).
En estos días que se homenajeó a la Renovación Peronista de 1985, cabe recordar que Antonio Cafiero abandonó el PJ y formó el Frente Renovador (¿les suena?). Luego, en 1987 ganó la gobernación de Buenos Aires y cuando el camino a la Rosada parecía imparable, chocó contra las patillas y el poncho de Carlos Menem. Fue entonces que el PJ, la Renovación y la mar en coche se transformaron en el inolvidable “menemismo”. Avísoles.
Mientras tanto, en algún lugar de esta Ciudad Gótica, el Guasón y los funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires siguen adelante con el plan de vender espacios verdes. La barbaridad del Tiro Federal ya está en marcha. Se vienen otras. Me parece que ya es tiempo de que Batman empiece a alinear los planetas. Vayamos preparando el Batimóvil.
PD: Hoy ponen Boca a la 18:00 y River a las 20:00. La fecha pasada fue igual.
Hey macho, acuerdensé que íban a terminar con la manipulación de los horarios del fútbol. Antes era por la propaganda neofascista, ahora es por el rating. No me hagan enojar. Así Batman no va a dar abasto.

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