Noche de zapping
Maru, el Papa y el rabino Bergman
Por Adriana Schettini
“No soy del Opus Dei. Lo aclaro porque como tengo muchos hijos, hay gente que piensa eso de mí”, dijo Maru Botana anoche en “Tiene la palabra”, el ciclo que conducen Lorena Maciel y Luis Otero, por TN. La declaración surgió mientras Maru contaba que el miércoles, apenas se enteró de que Jorge Bergoglio había sido elegido Papa, fue misa para celebrarlo. “Fue una alegría. No lo podía creer. Fue muy emocionante. Fuimos a misa. “¡Las misas explotaban; la gente aplaudía!”, describió, entusiasmada. “Es un mensaje de mucha esperanza —opinó respecto del nuevo Pontífice—. Creo que va a ser muy positivo para la juventud, porque uno siente que la Iglesia se quedó de lado, se quedó en otra página. Y estamos en la búsqueda de un cura que nos llegue con sus palabras. Con él (Bergoglio), sentís un acercamiento”.
Los periodistas del programa —Silvia Fesquet, Cecilia Absatz y Fernando Cerolini— quisieron saber si Maru tenía siempre el hábito de asistir a misa. “Sí, voy a misa y tengo un par de curas amigos”, respondió. Entonces, contó cómo y cuánto la ayudó la fe religiosa cuando tuvo que enfrentar, en 2008, la muerte súbita de su hijo Facundo, de seis meses. “Cuando falleció Facu, dos curas amigos y el rabino (Sergio) Bergman fueron los que más nos ayudaron —recordó—. El rabino Bergman vino a mi casa y nos explicó qué es la muerte; nos explicó todas las sensaciones que íbamos a tener, y fue tal cual. Nos explicó cuáles son las etapas del duelo y cómo vivirlas en familia. Fue muy realista, y yo me pegué mucho a él”. Dos sacerdotes católicos y un rabino: a Maru y su marido, la ayuda les llegó de un modo ecuménico. “Es que no se trataba de religiones sino de fe”, sostuvo la popular cocinera de la TV.
Fue conmovedor escuchar a Maru diciendo que en una situación tan extrema como la que le tocó atravesar, “cada uno se agarra de lo que puede, y yo me apoyé mucho en lo espiritual”. Le preguntaron si su marido también era una persona de fe. “Sí—contestó—, aunque él no va tanto a misa como yo. Yo voy mucho a misa, porque en la misa siento más cerca de Facu”. Su esposo, según explicó, trata de hacerse fuerte en la idea de que “es la vida quien lo llevó a Facu, para que no le pasara algo peor”.
Cerolini recordó la carta que Maru escribió en el diario La Nación al cumplirse cuatro años de la muerte de su bebé y quiso saber si el hecho de que fuera publicada pocos días después de la muerte de Blanca, la hija de Pampita Ardohain y Benjamín Vicuña, había tenido la intención de ayudar a la pareja a soportar el dolor de la pérdida. “Sí, lo de Pampita me angustió mucho —respondió Maru—. Tengo ganas de hablar con ella, pero es una situación tan fuerte que aún no encontré el momento. El que no lo pasa no te puede entender. Muchas veces uno se aleja de la persona que está sufriendo ese dolor para no molestar, pero necesitás cariño y apoyo. Para mí, el apoyo que me dio la gente en el blog fue como un colchón de cariño que no me dejaba caer”.
No hay manera de superar la pérdida de un hijo. Pero escuchando a Maru, daba la sensación de que existe la posibilidad de recibir el cariño que los otros estén dispuestos a brindar, a fin de juntar fuerzas para seguir vida adelante. Eso hizo Maru. Ella aceptó, agradecida, lo que cada uno pudo darle: dos curas, un rabino y cantidades de personas a las que ni siquiera conoce personalmente, pero que le tendieron una mano a través de Internet. Es evidente que todo eso, de algún modo, la ayudó: volvió a ser madre dos veces y aún puede pronunciar la palabra “esperanza”, como lo hizo anoche al hablar del Papa Francisco.