La incertidumbre y la zozobra
se ha apoderado de millones de personas al acercarse el 21 de
diciembre de 2012, la fecha clave que anotaron los mayas en una
estela de Tortuguero, Tabasco, México.
Algunos teóricos, basados en
tales profecías, vaticinan que ocurriría el fin del mundo, mientras
otros más estudiosos consideran que los mayas no pronosticaron
el fin del mundo, sino que el inicio de una nueva era de mayor
espiritualidad para la humanidad.
Para los más fatalistas, entre
el 21 y 22 de diciembre de este año o sea en 272 días,
llegará el fin del mundo. Expertos de diversas disciplinas del
pensamiento científico, incluyendo astrónomos y hasta ufólogos,
coinciden en señalar que cada 5,125 años se produce una alineación
de la Tierra con el Sol y el centro de la galaxia, es decir la vía
láctea.
La fecha de gran expectación
está íntimamente vinculada con el calendario maya de la
cuenta larga, cuyo tiempo de cómputo inicia en el calendario
gregoriano el 13 de agosto del 3114 antes de Cristo, y finalizará en
la fecha 13.0.0.0.0, es decir, el 21 de diciembre del 2012 después
de Cristo, terminando así su ciclo de tiempo e inmediatamente
comenzando uno nuevo.
En base al libro sagrado de los
mayas, el Chilam Balam, los teóricos señalan que para este tiempo
el mundo sería sometido a una serie de cambios físico planetarios,
como se comprueba con los terremotos, tsunamis, el descongelamiento
de los grandes glaciares, las muertes masivas de aves, entre otras
manifestaciones, como resultado de una intensa radiación que
proviene del centro de la galaxia, pero que no significa el fin de la
Tierra.
Es así como se refiere a que
un rayo de luz desde el centro de la galaxia impacta contra el sol y
afecta a la Tierra con tormentas solares. Diversas fuentes indican
que la misma Administración de la Aeronáutica y el Espacio (NASA,
por sus siglas en inglés), ha detectado que una gran radiactividad
procedente del centro de la galaxia, a manera de un agujero negro
supermasivo, está se refractando en el sol y afecta al planeta.
CUENTA REGRESIVA
En tal sentido, la cuenta
regresiva del supuesto fin del mundo ha provocado múltiples
reacciones: Algunas personas se han acercado más a Dios, otras a la
familia y otros han dejado de hacer lo que más les ha gustado:
Estudiar, hacer un deporte o una obra de arte.
Algunas personas de dinero
ansían que las potencias mundiales como Estados Unidos puedan
superar sus obstáculos tecnológicos para hacer viajes tripulados y
colonizar otros astros. Y están a la expectativa de que la Nasa y
otras agencias espaciales del mundo, como la de Rusia, y
corporaciones privadas, les vendan un boleto para viajar a otros
planetas.
Otros han vendido sus bienes y
se han dedicado a meditar y a ser mejores personas, mientras llega el
Omega del mundo, según los propulsores de las teorías
apocalípticas.
En cambio, como se ha apuntado,
hay otros que insisten en anotar que más bien el 21 de diciembre de
2012 será la fecha propicia para la gran oportunidad de la humanidad
de cambiar todo lo negativo que le está ocurriendo al planeta, con
un giro hacia una mayor religación con Dios, en paz, armonía y amor
al prójimo para concitar con un campo vibratorio positivo el renacer
de un hombre nuevo.
SIETE PROFECIAS
Los mayas dejaron siete
profecías y la primera corrobora: “El mundo de odio y materialismo
terminará el sábado 21 de de diciembre del año 2012 y con ello el
final del miedo. En este día la humanidad se tendrá que escoger
entre desparecer como especie pensante que amenaza con destruir el
planeta o evolucionar hacia la integración armónica con todo el
universo, comprendiendo y tomando conciencia de que todo está vivo y
que somos parte de ese todo y que podemos existir en una nueva era de
luz”.
También indica que a
partir de 1999 quedan 13 años, para realizar los cambios de
conciencia y actitud para que la humanidad se desvíe del camino de
destrucción por el que avanza, hacia uno que abra la conciencia y la
mente para integrarse con todo lo que existe.
Según los estudios, los mayas
sabían que el Sol (al cual le llamaban: Kinich-Ahau) es un ser vivo
que respira y que cada cierto tiempo se sincroniza con el enorme
organismo en el que existe, que al recibir un chispazo de luz del
centro de la galaxia brilla más intensamente, produciendo en la
superficie, algo que los científicos llaman erupciones solares y
cambios magnéticos.
Ellos dicen que esto sucede
cada 5,125 años, cuando la Tierra se ve afectada por los cambios en
el Sol mediante un desplazamiento de su eje de rotación, y
predijeron que a partir de ese movimiento se producirían grandes
cataclismos.
Para los mayas, los procesos universales como la respiración de la galaxia son cíclicos y nunca cambian, sino que lo que cambia es la conciencia del hombre que pasa a través de ellos, siempre en un proceso a la perfección.
Para los mayas, los procesos universales como la respiración de la galaxia son cíclicos y nunca cambian, sino que lo que cambia es la conciencia del hombre que pasa a través de ellos, siempre en un proceso a la perfección.
Basados en sus observaciones,
los mayas predijeron que a partir de la fecha de su civilización
desde el año 3,113 antes de Cristo y 5,125 en el futuro, o sea el 21
de diciembre del 2012, el Sol al recibir un fuerte rayo sincronizador
proveniente del centro de la galaxia cambiará su polaridad y
producirá una gigantesca llamarada radiante. Científicos de
diversos observatorios astronómicos del mundo han reportado las
intensas tormentas solares que emanan del “astro rey” de la
Tierra.
TIEMPO DE OSCURIDAD
Para entonces la humanidad debe
estar preparada para atravesar la puerta que dejaron los mayas,
transformando a la civilización actual basada en el miedo en una
vibración mucho más alta de armonía, porque solo de manera
individual se puede atravesar la puerta que permite evitar el gran
cataclismo que sufrirá el planeta para dar comienzo a una nueva era,
el quinto ciclo del sol, advierten estudiosos de las profecías.
Las mismas fuentes indican que
el cambio de los tiempos permite ascender un peldaño en la evolución
de la conciencia y que la humanidad se dirija hacia una nueva
civilización que manifestará mayor armonía y compresión para
todos los seres humanos.
También la primera profecía
habla del tiempo del no-tiempo, un período de 20 años llamados por
ellos un katum, los últimos 20 años de ese gran ciclo solar de
5.125 años, es decir desde 1992 hasta el año 2012.
Profetizaron que hasta ese
tiempo manchas del viento solar cada vez más intensas aparecerían
en el Sol, de forma que desde 1992 la humanidad entraría en un
último período de grandes aprendizajes, grandes cambios.
El libro sagrado maya del
“Chilam Balam”, dice: “En el trece Ahau al final del último
katum, el itzá será arrollado y rodará Tanka, habrá un tiempo en
el estarán sumidos en la oscuridad y luego vendrán trayendo la
señal futura los hombres del Sol; despertará la tierra por el norte
y por el poniente, el itzá despertará”.
Siete años después del
comienzo del último Katum, es decir en 1999, comenzaría una época
de oscuridad que enfrentaría a todos con su propia conducta. Dijeron
que las palabras de sus sacerdotes serían escuchadas por todos como
una guía para despertar ellos lo que llaman a esta época como el
tiempo que la humanidad que entrará al gran salón de los espejos,
una época de cambios para enfrentar al hombre consigo mismo para
hacer que entre al gran salón de los espejos y se mire y analice su
comportamiento con él mismo, con los demás, la naturaleza y el
planeta en que habita.
Es una época para que toda la
humanidad por decisión consciente de cada uno decida cambiar,
eliminar el miedo y la falta de respeto de todas las relaciones. Que
la propia conducta de depredación y contaminación del planeta
contribuiría a que estos cambios sucedieran.
La primera profecía advierte
también que estos cambios van a suceder para que se comprenda cómo
funciona el universo y avancemos hacia niveles superiores dejando
atrás el materialismo y liberándonos del sufrimiento.
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