Las cuestiones de los tamaños son tamaño de cuestiones
Personas no bien dotadas engrosan la lista de discriminados.
Por eso vamos a reforzar lo ya dicho en el artículo “Los genitales”.
El
tamaño del viril miembro es un rubro de mayor interés para el mundo del
espectáculo sex-symbol, disfruta del mayor de los ratings. A tal punto
que millones de dólares se utilizan para subsanar el tema. Ni cortos ni
perezosos profesionales comerciantes aprovechan estas concepciones de
que lo único que vale la pena es lo “perfecto” aumentando así con sus
propagandas y sus apariciones en los medios de difusión el drama de la
gente que sufre por estos prejuicios.
Es importante aclarar que estas
posturas sobre la inservibilidad de lo que no entra en una determinada
media no dista mucho de aquellas aspiraciones de un grupo humano
superior por ser rubios de ojos azules y con determinada contextura
física.
Si bien la población femenina que no se ajusta
medianamente a las características del momento sufre las
discriminaciones pertinente, el tamaño del pene tiene connotaciones
mucho más ligadas a la valoración sexual. El cuerpo femenino tiene que
adecuarse a la moda, deja de ser atractiva si no lo hace, en cambio al
hombre lo persigue siempre como espada de Damocles el mismo tema,...
...es eso, exacto.
Esto depende de una sociedad patriarcal y será tema de otro análisis.
Una
de las constantes preguntas en las consultas virtuales y en el foro de
sexualidad es si la mujer se fija en ello, ya que su pene mide tantos
cm.
No vamos a decir una cosa por otra.
El tamaño del pene importa a la mujer. Se fija en ello.
También se fija en el tamaño del hombre, si mide menos de 1,75 ya no es muy atractivo.
También se fija en el peso, un poco de sobrepeso ya hace que el hombre no sea tan interesante.
También se fija en como habla, alguien callado y más bien tímido no es un macho de aquellos.
Toda
característica física que no caiga dentro de los parámetros esperados
para el hombre hace que se lo pueda ver como desechable.
El mismo destino puede correr cualquier mujer si no logra los atributos asignados para ser "un minón".
Por
suerte la vida no es tan así y la gente interesada en una buena
sexualidad busca para compartirla a quienes brinden bienestar y
disfrute.
Los mejores amantes -sean novios, matrimonios, amantes o
relaciones ocasionales- son quienes no se fijan en las apariencias y si
se fijan en disfrutar al máximo.
De nada vale centímetros más o menos para ello. Hay que estar libre para disfrutar y hacer disfrutar al otro. Esto es lo básico.
Y
resulta que en el contacto íntimo atrae poderosamente la vehemencia del
deseo, se siente tremendamente la piel con quienes tienen la capacidad
erótica de llegada.
El problema sucede cuando una persona no tan
bien dotada tiene en su cabeza el mambo de ser "perfecto". Por el tamaño
del pene, por el color de sus ojos, por la estatura, por como habla...
No
vamos a soslayar que las sensaciones en la penetración cambian de
acuerdo al tamaño. Sucede que a la hora de evaluar la calidad de la
relación sexual en monto de placer lo que se pone en balanza es la
habilidad para jugar con el pene dentro de la vagina, las capacidades
lúdicas y libres del juego erótico previo y post coito, el sostenimiento
de un clima erótico en la cotidianeidad. Sucede también que gente
apasionada por superficial no logra estas facultades por una simple
cuestión de que quien está en misa no puede estar en la procesión.
Es totalmente ajeno y contrario a disfrutar en grado máximo la sexualidad intentar agrandar algo del cuerpo.
Se
trata mas bien de agrandar la visión personal acerca de la sexualidad,
esto es lo que da un definitivo cambio a la vida hacia disfrutarla a
fondo. Se pasará de la perturbación y el displacer a la apertura mental,
afectiva y sexual.
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