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lunes, 20 de junio de 2011

Uno de cada tres asalariados sigue en negro por Jorge Ene


Uno de cada tres asalariados sigue en negro

Diario Río Negro
00:25 20/06/2011

La informalidad, alta pese al boom económico.

Numerosas trabas para regularizar a un trabajador.


Los últimos datos oficiales señalan que en el primer trimestre del año 2011 la economía sigue creciendo a tasas muy altas, del orden del 9,9% anual. Se confirma la vigencia del ciclo de crecimiento económico, impulsado por un contexto internacional inéditamente favorable. Si bien se siguen acumulando distorsiones que alertan sobre problemas futuros (alta inflación, creciente atraso cambiario, manipulación de barreras arancelarias, expansión no sostenible de subsidios, litigiosidad previsional desbordante), desde el punto de vista del mercado laboral se trata de un contexto muy favorable.

A esto hay que agregar como otro ingrediente del mercado de trabajo una marcada vocación de la policía del trabajo por controlar el cumplimiento de las regulaciones laborales. Crecimiento económico con fiscalizaciones son dos elementos distintivos en los últimos años en materia laboral. De este contexto, cabría esperar una marcada disminución de la informalidad. Para evaluar la magnitud de las acciones y los resultados obtenidos es útil analizar los datos oficiales. Según los Ministerios de Economía, Trabajo y el Indec, se pueden observar las siguientes tendencias:

• Entre el 2004 y el 1º trimestre del 2011, el nivel de actividad económica creció en términos reales un 65%.

• Entre el 2003 y el 2010, se realizaron 768.000 inspecciones laborales a empresas, o sea, prácticamente 100.000 fiscalizaciones por año.

• Entre el 2004 y el 1º trimestre del 2011, la tasa de empleo asalariado no registrado bajó del 48 al 34%.

Los datos oficiales muestran que las condiciones para atacar el problema de la informalidad laboral, según la visión tradicional, han sido inmejorables. La expansión de la actividad económica y las fiscalizaciones del Ministerio de Trabajo durante más de un quinquenio fueron intensas. Sin embargo, la informalidad sigue afectando a uno de cada tres asalariados. Si a esto se suma la inactividad laboral no deseada, el desempleo y el trabajo autónomo de baja productividad, los problemas laborales son masivos.

Un rasgo clave en este proceso de reducción del empleo no registrado es que el grueso de la disminución se dio hasta el 2008. Es un periodo en que el salario real tuvo niveles muy deprimidos. La caída de los salarios reales permitió compensar transitoriamente los altos costos no salariales de la legislación laboral y la seguridad social. Pero apenas los salarios reales recuperaron los niveles previos a la devaluación, los costos no salariales de las regulaciones volvieron a actuar como promotores de informalidad.

La enorme cantidad de requisitos formales, administrativos y restricciones que se estipulan en la legislación laboral, los exagerados niveles de litigiosidad y los altos niveles de aportes y contribuciones de la seguridad social hacen que formalizar un trabajador sea una posibilidad sólo para las empresas de alta productividad y mayor tamaño. Para las pequeñas, que en general se caracterizan por la fragilidad financiera y la baja capacidad administrativa, la única opción es contratar por fuera de la ley. Por eso, el 85% de los trabajadores "en negro" están en empresas con menos de 25 trabajadores.

IDESA

(Instituto para el Desarrollo Social)

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