Reproductor solumedia

Tu radio en Internet Netyco Argentina

jueves, 30 de junio de 2011

La cultura de la libertad por Jorge Ene

Diario El País de España

La cultura de la libertad

MARIO VARGAS LLOSA

Comencé a trabajar en un periódico cuando tenía apenas 15 años, en el diario La Crónica, de Lima. Y creo que desde entonces siempre he hecho periodismo hasta ahora. Tal vez por eso soy un adicto a los periódicos hasta el punto que no puedo comenzar el día sin dedicar por lo menos una hora a leerlos y vivir, a través de ellos, la actualidad que se produce en el mundo. Así que celebrar 35 años de la vida de un periódico como EL PAÍS, que ha tenido un papel principalísimo en uno de los hechos históricos más importantes de la vida contemporánea, la Transición de la dictadura a la democracia en España, es un acontecimiento del que debemos alegrarnos no solo todos los lectores de periódicos, sino todos los que creemos que el periodismo es uno de los pilares centrales de la cultura democrática. Ya se sabe que no existe barómetro mejor para valorar la libertad de un país que leer sus periódicos. Así sabremos si de verdad la libertad existe y se refleja con un pluralismo informativo y político, o si la libertad se ha eclipsado. Nada refleja mejor la pérdida de libertad de un país que esa prensa monocorde que repite como una simple correa de transmisión las consignas del poder oficial.

Este diario no ha hecho del escándalo o de la noticia espectacular el motivo principal de atención de sus lectores

Este país, España, vive en su historia reciente ese universo de contrastes. Yo llegué como estudiante a España en 1958. Por tanto, tengo bien presente el ámbito en el que se desarrollaba entonces la prensa, bajo el imperio de aquella dictadura. Y recuerdo la extraordinaria explosión que significó en la Transición la aparición de periódicos que reflejaban un sistema de pensamiento en el que no cabía sólo una opinión sino que acogían las opiniones más diversas, un verdadero abanico de opiniones. Esos periódicos competían entre ellos, polemizaban y discutían dentro de un denominador común de cordialidad y de esperanza por un futuro que se abría en ese momento para España.

En esas circunstancias nació el periódico EL PAÍS. Es verdad que contribuyó de una manera decisiva a la democratización de España, y lo hizo ofreciendo unas tribunas, unas columnas, aumentando un espectro importante de una vida política que hasta entonces había permanecido en la sombra...

Pero su aporte a la Transición española fue mucho más importante que dar columnas a un espectro político amplio de centro, de centro-izquierda o de izquierda. Contribuyó a la democratización del periodismo y luego a la democratización política de España. Fue un periódico que introdujo la modernidad en la diagramación, en la presentación de las noticias y, también, en la manera de encarar la actualidad. Fue marcando el ejercicio del periodismo en el país en el que nacía. Eso fue así desde entonces, y siguió siéndolo; y eso, que tiene que ver en general con la prensa en España, es uno de los hechos que me llevan a decir, sin exageración, que en este aspecto España anda muy bien.

Este diario no ha hecho del escándalo o de la noticia espectacular el motivo principal de atención de sus lectores. En ese sentido creo que todos los periódicos importantes de España guardan un mínimo de decoro, de sobriedad, y tienen un sentido agudo de la importancia de las noticias. Esto constituye sin duda alguna una extraordinaria garantía para la institucionalidad y la democracia, en España y en cualquier parte; es un síntoma de rigor y de respeto, tan cruciales para la convivencia en el seno de los países. Creo que en esto EL PAÍS ha sido pionero y es una de las razones por las que uno debe enorgullecerse. España es un país de referencia en el escenario internacional gracias a esa forma de hacer periodismo.

Soy colaborador del diario desde hace 21 años y me siento muy orgulloso de escribir en sus páginas. Muchas veces he discrepado y discrepo con la línea editorial que se sustenta en sus editoriales. Es un periódico liberal, como le he dicho muchas veces a Juan Luis Cebrián; y hay liberales de todo tipo, y es posible que en relación con el liberalismo del periódico yo esté en un extremo que me lleva a manifestar más de una vez mis discrepancias con lo que mantiene el diario. Pero esas discrepancias he podido expresarlas siempre, con la más absoluta libertad, en las columnas que escribo en el diario sin haber recibido jamás por ello la menor amonestación. Creo que eso que ocurre en EL PAÍS es uno de los mejores síntomas de la manera como en España la cultura de la libertad ha impregnado la vida de los españoles. Y ese es para mí el mejor escudo que tiene España contra cualquier aventura retrógrada.

Tiene razones EL PAÍS de sentirse orgulloso por haber contribuido a esta extraordinaria proeza democrática que es la España de nuestros días. Por eso hay que alegrarse de estos 35 años. Felicitar, agradecidos, a todos quienes han hecho posible y siguen haciendo posible la realidad diaria de este diario. Y desearles que cumplan muchos otros cumpleaños en el futuro para el bien de España, para el bien de Europa y para la felicidad de esos adictos a la lectura de periódicos como yo mismo.

Extracto del discurso que Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010 y colaborador de EL PAÍS, pronunció con motivo del 35º aniversario del periódico, el pasado 4 de mayo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Buscar este blog