Aliados que no ayudan
El caso Schoklender irrumpió con furia. Bonafini lo minimizó y luego llamó traidor a su hijo putativo.
Se mide ahora el impacto que tendrá en Buenos Aires el 10 de julio y en los comicios de octubre.
La presidenta Cristina se enojó por lo que pasó en Madres y quiere ordenar su tropa.
Hay problemas externos que, a juzgar por las conclusiones elaboradas por las consultoras más serias, no han afectado a la presidenta Cristina Fernández, quien al parecer estirará al máximo el suspenso sobre si irá o no por la reelección. Son las cuestiones internas las que por estas horas la desvelan.
El oficialismo salió malherido entre otros motivos por el escándalo en la Fundación Madres de Plaza de Mayo, cuya titular, la intransigente Hebe de Bonafini, se declaró traicionada por Sergio Schoklender, su hermano Pablo y "una banda" de 16 personas que habrían utilizado en beneficio propio millonarios fondos afectados a la construcción de viviendas sociales.
La perdiz saltó por donde uno menos lo esperaba, se recitó con fruición en las ciudadelas opositoras, que ya hicieron salir a la cancha por túneles comunicables entre sí (por si hubiera segunda vuelta) y con expectativas dispares al radical Ricardo Alfonsín, a la líder de la CC Elisa Carrió, al peronista anti-K Eduardo Duhalde, al justicialista puntano Alberto Rodríguez Saá y al socialista Hermes Binner.
La desorientación y las peleas eran (y son) moneda corriente entre los sectores que buscan clausurar este año el ciclo kirchnerista iniciado en el 2003, hasta que el conflicto por la falta de transparencia y control estatal se instaló en una de las organizaciones emblemáticas que denunció el secuestro de personas, la tortura sistemática y los asesinatos a que apeló la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983.
Hebe primero minimizó y descalificó soezmente las denuncias: Pero, forzada por las contradicciones en que incurrió su protegido, Sergio Schoklender, las evidencias en su contra y el proceso judicial que puso al descubierto sus mentiras, le soltó la mano en una táctica coordinada con la Rosada, que trató de preservarla adhiriendo a la teoría de que había sido estafada en su buena fe. El intento por colocar a buen resguardo la figura de Bonafini no prosperó porque surgieron demandas para profundizar la investigación y desentrañar "la extraña simbiosis" entre ella, que perdió a sus dos hijos revolucionarios, y los hermanos parricidas, desde entidades que confraternizan con el gobierno. Entre otros, pidieron explicaciones Estela Carlotto, de Abuelas; Adolfo Pérez Esquivel, el Nobel de la Paz, y el piquetero Luis D'Elía.
Sergio Berenztein, de Poliarquía, admitió a este diario que estaba midiendo el impacto del conflicto –"de gran profundidad y complejidad", según definió– en las chances electorales de Cristina, quien por estas horas también debe contener los apetitos desmedidos del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, la desobediencia del candidato a gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, y los requerimientos familiares, en especial de su hija Florencia.
Berenztein señaló que la ciudadanía y los actores políticos están evaluando la información y esperando confirmaciones. "Esto se agranda día a día, la preocupación va en aumento y si Schoklender es encarcelado tomará una dimensión imprevista. Por eso hay que ser muy prudentes", manifestó.
Las declaraciones a favor (el canciller Héctor Timerman tuvo expresiones polémicas) y en contra no hicieron más que "echar leña al fuego" a un tema que sensibiliza pero habrá que ver cómo influye en el resultado electoral del 23 de octubre. Otros encuestadores señalaron a "Río Negro" que el candidato porteño Daniel Filmus podría verse perjudicado en dos o tres puntos en los comicios del 10 de julio, pero agregó que es apresurado cuantificar si el daño alcanzará a Cristina y en qué magnitud.
En general, quienes sondean la opinión pública siguen viendo a Cristina triunfando en primera vuelta, aunque reconocen que en los días previos al 23 de junio podrían recrudecer las versiones de que no se presentaría y le pasaría la posta al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli.
"Nada que ver. Son deseos de gente como Carrió y Duhalde", desmerecieron las espadas del kirchnerismo.
Juan Cabandié, que encabeza la nómina de legisladores del FpV en la ciudad, deslizó que Cristina "está de muy mal carácter" por el episodio que involucró a Hebe de Bonafini en un acto de falta de transparencia. "Hasta que no haya orden, ella no hablará", dijo. No le queda mucho tiempo.
Si es por el secretario legal y técnico de la Rosada, Carlos Zannini, uno de los mentores ideológicos del modelo K, no hay duda de que Cristina seguirá "disciplinando a los grandes grupos económicos" en los próximos cuatro años. "Vamos por más, vamos por el buen camino", aseguró en una charla en la que debatió con el filósofo Ernesto Laclau, inspirador del populismo al poder.
arnaldopaganetti@rionegro.com.ar
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