El Papa también intervino el fútbol, por Carlos Pagni

El Papa también intervino el fútbol

por Carlos Pagni

"Prefiero una picada [sic] en un potrero de barrio, con una pelota común y con alegría limpia, a un gran campeonato en un estadio famoso pero rociado de corrupción." Ese pasaje de la carta de Jorge Bergoglio a José María del Corral y Enrique Palmeyro, los directores de la fundación pontificia Scholas Occurrentes, fue profético: el Partido por la Paz, que se jugaría el 10 de julio en La Plata, fue suspendido. Sine die, para seguir con el latín.

El Papa está enardecido. Pidió a sus amigos que restituyan los 16 millones de pesos que Mauricio Macri les había asignado. También les reclamó el comprobante de la devolución. María Eugenia Vidal, que auspiciaba el match, tomó distancia. Ahora el problema no es sólo de los dirigentes de Scholas, que deben recomponer su relación con Roma. El partido era comercializado por Lisandro Borges, que vendió raudales de publicidad gracias al atractivo de Francisco y de astros como Messi o Verón. El "ocurrente" Borges, yerno de Jorge Brito, es íntimo de Macri. Juega con él al paddle. Como sus socios de Scholas, también deberá devolver la plata.